Los ferrocarriles mexicanos han dado un paso significativo hacia la modernización de su infraestructura al firmar un contrato monumental valorado en 920 millones de euros (1,083 millones de dólares) con la empresa francesa Alstom. Este acuerdo, hecho público el pasado viernes, contempla la adquisición de 47 trenes y el mantenimiento correspondiente durante un periodo de cinco años.
El contrato, firmado con la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario de México (ARTF), incluye 33 trenes destinados a servicio de larga distancia y 14 trenes suburbanos. Un aspecto destacado de este proyecto es que más de tres cuartas partes de la fabricación de los trenes se llevará a cabo en Ciudad Sahagún, cerca de la capital mexicana, donde se localiza la primera planta de montaje de Alstom en Norteamérica. Esta decisión subraya el compromiso de la empresa con el desarrollo local y el fortalecimiento de la manufactura en el país.
La directora general de Alstom para la región norte de América Latina, Maite Ramos, señaló que el proyecto permitirá “crear y mantener cientos de empleos” en diversas áreas, incluyendo ingeniería, gestión de proyectos y manufactura. Además, destacó que este contrato no solo impulsa la industria ferroviaria mexicana, sino que también fomenta la especialización técnica y refuerza la red de proveedores locales.
Los nuevos trenes diésel están diseñados para operar en líneas no electrificadas y alcanzarán una velocidad máxima aproximada de 165 km/h. Con una capacidad de cerca de 300 pasajeros para los servicios interurbanos y hasta 600 para los suburbanos, estos trenes conectarán regiones clave del centro y norte del país, contribuyendo significativamente a mejorar la movilidad en el territorio.
Alstom, con una presencia en México desde 1952, tiene un historial importante en el desarrollo de la infraestructura ferroviaria del país, incluyendo su participación en la primera línea del metro de la Ciudad de México. Se espera que este contrato se registre en el tercer trimestre del ejercicio fiscal 2025/2026, marcando un nuevo capítulo en la historia del transporte ferroviario en México.
Esta inversión no solo refuerza las capacidades del sistema ferroviario, sino que también representa una respuesta positiva a las crecientes demandas de transporte público en un país en constante desarrollo. Con estos nuevos trenes, México se alinea con los estándares contemporáneos de movilidad, facilitando la conexión entre regiones y mejorando la calidad de vida de sus ciudadanos.
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