El autodiagnóstico del gobierno de México ha sido presentado como un momento de gran optimismo. La presidenta, Claudia Sheinbaum, en su primer informe, declaró que “México está viviendo un momento estelar”. A pesar de retos como la política comercial de Estados Unidos, se asegura que “la economía mexicana muestra fortaleza”.
La Jefa del Ejecutivo destacó 14 logros significativos de su administración, los cuales incluyen: un crecimiento proyectado del 1.2% para este año; más de 36 mil millones de dólares en Inversión Extranjera Directa; un tipo de cambio del dólar por debajo de 19 pesos; y un desempleo del 2.7%. También se mencionó una inflación anual de 3.5% y un aumento del 12% en el salario mínimo. Otro aspecto destacado fue la reducción de la pobreza, con 13.5 millones de personas menos en esta condición, llevándola del 41.9% al 29.5% de la población.
Sin embargo, para proporcionar una visión más completa, es esencial considerar la perspectiva no gubernamental. Los analistas del sector privado, consultados por Banxico, han ajustado ligeramente al alza sus expectativas de crecimiento para 2025 y 2026, fijando un crecimiento del PIB en 0.40% y 1.40% respectivamente, aún muy por debajo de lo proclamado por el gobierno.
A pesar de algunos logros, la economía mexicana se encuentra en una situación de atonía. Indicadores económicos como la inversión pública, que ha caído 25.8% durante 13 meses consecutivos, y la reducción del 4.9% en la inversión privada, generan preocupación. También, la pobreza laboral ha aumentado, y la tasa de informalidad laboral ha crecido del 54.5% al 56.1% anual.
El consumo privado sigue débil, mostrando caídas del 0.1% y 0.4% en junio y julio, respectivamente. Aunque se han registrado incrementos en los ingresos totales, estos no son suficientes para satisfacer las crecientes demandas de programas sociales. La deuda pública ha escalado a 17.8 billones de pesos, incrementándose en 1.8 billones respecto al año anterior.
Si bien hay signos de que la economía va mejorando, la realidad sugiere que este avance es limitado. El país sigue enfrentando un contexto de bajo crecimiento, con proyecciones que continúan en la senda de la cautela. Por tanto, el futuro económico se vislumbra desafiante, demandando atención a factores internos que podrían influir en el desarrollo económico.
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