México ha tomado una postura diplomática firme en la crisis que atraviesa Venezuela, llevando su mensaje al Consejo de Seguridad de la ONU. Este 23 de diciembre de 2025, Héctor Vasconcelos, representante permanente de México, instó a buscar una solución “pacífica, democrática y negociada” ante la creciente presión militar de Estados Unidos sobre el régimen de Nicolás Maduro. Este pronunciamiento coincide con la postura defendida por la presidenta Claudia Sheinbaum, quien ha enfatizado la importancia de la no intervención y la resolución pacífica de conflictos, principios que han guiado la política exterior de México durante décadas.
Durante su intervención, Vasconcelos recordó que corresponde únicamente al pueblo venezolano decidir su futuro político. Subrayó la relevancia del multilateralismo en este contexto, instando al Consejo a activar los mecanismos que permitan prevenir conflictos y buscar soluciones pacíficas. “Cuando la paz internacional se ve amenazada”, añadió, “corresponde a este Consejo asumir su responsabilidad”.
Cabe destacar que México ya había dejado clara su posición en el conflicto en conferencias previas, donde Sheinbaum subrayó la necesidad de actuar para evitar un derramamiento de sangre, incluso ofreciendo el territorio mexicano como un posible espacio para negociaciones entre las partes. La escalada del conflicto ha sido sostenida, con más de 100 muertes reportadas debido a ataques estadounidenses contra lo que el gobierno de EE. UU. califica de narcolanchas venezolanas.
En un contexto más amplio, la inclusión de Maduro y varios miembros de su gobierno como terroristas internacionales por parte del Departamento de Estado estadounidense amplía el margen para más sanciones contra su régimen y podría abrir la puerta a acciones militares en territorio venezolano. Esta lista negra, sumada a la reciente designación del fentanilo como un “arma de destrucción masiva”, provoca inquietudes tanto en México como en la comunidad internacional, que observa un peligro de contagio del conflicto a suelo mexicano.
La situación se agudizó la semana pasada cuando el presidente Trump dio órdenes de un “bloqueo total de los petroleros sancionados” que lleguen a o salgan de Venezuela. Este desarrollo ereccionó tensiones adicionales, con acciones recientes de la Marina estadounidense, que ha identificado barcos en el mar Caribe bajo sospecha de operaciones relacionadas con el narcotráfico. La reacción de China no se hizo esperar, acusando a EE. UU. de violar derechos internacionales tras lo que considera una “incautación arbitraria” de los buques de otros países, a la vez que reitera su apoyo a Venezuela, principal destino del petróleo venezolano.
El canciller venezolano, Yván Gil, también anunció el respaldo de Rusia ante las “hostilidades” de Estados Unidos, solidificando así un frente diplomático en defensa del régimen de Maduro.
En este escenario, la demanda de México al Consejo de Seguridad de la ONU se vuelve crucial, buscando guiar esfuerzos hacia una resolución pacífica conforme al derecho internacional. La solicitud del gobierno mexicano se produce en el mismo día que se detectó un dron estadounidense sobre el territorio aéreo mexicano, lo que genera inquietud sobre las intenciones de EE. UU. en la región y refuerza la argumentación de México sobre la necesidad de preservar la soberanía y la paz.
La crisis entre Venezuela y Estados Unidos es un claro recordatorio del delicado equilibrio que México debe mantener en una era de creciente polarización y tensiones geopolíticas. En medio de esta incertidumbre, la posición de México busca ser un bastión de defensa de los principios diplomáticos y de la soberanía de los pueblos.
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