En un panorama de cambios significativos en el comercio de ganado bovino, las tensiones entre México y Estados Unidos están marcando un nuevo capítulo. A raíz del descubrimiento del gusano barrenador en Chiapas, Estados Unidos ha optado, en gran medida, por sustituir las importaciones de bovinos vivos provenientes de México por un suministro más constante desde Canadá. Según datos del Departamento de Comercio, las importaciones estadounidenses de ganado mexicano se desplomaron a 145 millones de dólares en el primer trimestre de 2025, lo que representa una caída impresionante del 56.3% en comparación con el año anterior.
En contraste, las compras de bovinos vivos canadienses ascendieron a 639 millones de dólares en el mismo periodo, reflejando un notable aumento del 57.4% interanual. Esta situación resalta aún más que Canadá y México son los únicos proveedores externos de bovinos vivos en el mercado estadounidense. En 2024, las exportaciones de México a Estados Unidos alcanzaron un total de 1,304 millones de dólares, mientras que las de Canadá llegaron a 1,695 millones de dólares.
Tradicionalmente, México envía ganado de engorde a Estados Unidos una vez finalizada la etapa de reproducción y separación del ternero de la madre. Sin embargo, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos impuso restricciones a las importaciones mexicanas debido a preocupaciones sanitarias a partir del 22 de noviembre de 2024, tras el hallazgo del mencionado parásito. Aunque las importaciones se reanudaron brevemente el 1 de febrero de 2025 bajo nuevos protocolos, el volumen continuó siendo significativamente más bajo, logrando recuperar solo el 68% del flujo semanal del año anterior para mediados de marzo. Lamentablemente, el 11 de mayo de 2025, el gobierno de Estados Unidos volvió a suspender las importaciones tras nuevos descubrimientos del gusano barrenador en el sur de México.
Entre los años 2020 y 2024, México representó cerca del 62% de las importaciones de ganado en Estados Unidos, siendo casi todo de peso ligero y destinado para engordar. Por otro lado, el ganado canadiense se utiliza de manera diferente; el 75% se envía directamente al sacrificio, y una notable mayoría de estos animales son novillos y vaquillas. Mientras que solo un 23% del ganado canadiense se utiliza para engorda y un ínfimo 2% para cría.
Mirando hacia atrás, en 2014, las exportaciones de ganado bovino de México apenas alcanzaban los 739 millones de dólares, en comparación con los 1,797 millones de dólares exportados por Canadá. En el ámbito de las exportaciones estadounidenses, una gran parte se dirige a Canadá y México, pero los volúmenes y destinos fluctúan anualmente, con un 79% de ganado destinado a Canadá entre 2020 y 2024 para engorda, y solo un 12% enviado a México.
Los desafíos del mercado no se limitan solo a Estados Unidos y México. En los últimos cinco años, nuevos mercados surgieron en países como Vietnam, Turquía, Pakistán, Arabia Saudita y Tailandia, que comenzaron a importar ganado estadounidense para reproducción. Sin duda, la dinámica de este sector sigue evolucionando, y el impacto de las restricciones sanitarias en México añade una capa de complejidad que las partes interesadas deberán abordar en el futuro.
Esta revisión del comercio de ganado bovino, con datos hasta el 3 de junio de 2025, nos ofrece una visión clara de cómo el panorama se ha transformado en un corto período de tiempo, sometiendo a los productores y comerciantes a adaptarse a nuevas realidades y desafíos en un mercado cada vez más interconectado.
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