Microsoft y OpenAI han emitido una declaración conjunta anunciando la firma de un memorando de entendimiento no vinculante para lo que consideran la “próxima fase” de su colaboración. Aunque los detalles precisos de este acuerdo están en proceso de concretarse, se sabe que incluye aspectos sobre cómo ambas partes compartirán tecnología y los ingresos derivados de estas innovaciones. Un elemento notable de este acuerdo es la modificación de una cláusula anterior, que limitaba a Microsoft el acceso a las tecnologías más avanzadas de OpenAI una vez que esta alcanzara una inteligencia artificial general humana.
Además, OpenAI está otorgando a su brazo sin fines de lucro una participación en la propiedad valorada en al menos 100 mil millones de dólares, lo que le permitirá seguir supervisando y controlando la organización. Este cambio en la estructura organizativa de OpenAI parece estar orientado hacia su transición a una corporación de beneficio público, un tipo de entidad diseñada para generar un impacto positivo en la sociedad y que podría facilitar una oferta pública inicial (IPO). Microsoft, que ya ha invertido más de 13 mil millones de dólares en OpenAI, está en una posición que le otorga el 49 por ciento de las ganancias futuras de la empresa.
Desde el año anterior, ha habido informes sobre la intención de OpenAI de alejarse de su compleja estructura sin fines de lucro. Tras las festividades de diciembre de 2024, la organización anunció oficialmente su transición hacia una corporación de beneficio público con acciones ordinarias. Según indicó, esto le permitirá captar el capital necesario bajo términos convencionales, al igual que otras empresas en el sector. Sin embargo, en mayo, OpenAI dejó claro que seguiría bajo el control de su junta sin fines de lucro, reafirmando que, aunque su estructura está cambiando, las directrices fundamentales de supervisión seguirán siendo las mismas.
Esta evolución en la relación entre Microsoft y OpenAI marca un paso significativo en el desarrollo y la regulación de la inteligencia artificial, planteando interrogantes sobre el futuro de estas tecnologías y su control. A medida que avanza la colaboración, la comunidad tecnológica observará de cerca cómo se desenvuelven estas dinámicas y qué implicaciones tendrá para el sector en su totalidad.
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