El futbol mexicano se prepara para un cambio significativo en su estructura. Durante una reciente entrevista, el presidente de la Liga MX y comisionado de la Federación Mexicana de Futbol, Mikel Arriola, confirmó que uno de los principales problemas del balompié nacional, la multipropiedad, tiene una fecha de caducidad: 2026. Esta declaración surge en el contexto de un compromiso establecido durante la asamblea de dueños celebrada el 22 de mayo de 2023, donde se acordó un plan de transición para garantizar una liga más transparente y competitiva.
La multipropiedad, que permite que un único propietario tenga participaciones en varios clubes, ha sido objeto de críticas debido a su impacto en la competitividad y la confianza de aficionados y patrocinadores. Arriola enfatizó que el objetivo es erradicar esta práctica antes del final de 2026, asegurando que desde ese año, no habrá más multipropiedad.
En la misma asamblea, también se discutieron otros temas cruciales, como el posible regreso del ascenso y descenso, así como la necesidad de reestructurar las finanzas y fortalecer los controles administrativos. Arriola reveló que ya se están llevando a cabo procesos de venta, destacando el caso del Atlas como un ejemplo. “Hoy hay un proceso regulado de venta del club Atlas”, afirmó, lo que sugiere un compromiso tangible hacia la transición.
Además, Arriola anticipó que podrían concretarse una o dos operaciones más en los próximos meses, advirtiendo que está en marcha una reestructura corporativa para combatir la desconfianza que ha persistido en el entorno futbolístico. Aunque no proporcionó nombres específicos de los clubes involucrados, sí señaló un creciente interés de inversionistas extranjeros por adquirir franquicias en el país, reflejando un apetito importante por participar en el desarrollo del futbol nacional.
El cierre de la multipropiedad no solo se presenta como una medida correctiva, sino que también se avanza hacia una organización más profesional. La meta es que cada club opere de manera autónoma, tanto financiera como administrativa y deportivamente, lo que permitiría consolidar una liga más justa y atractiva a nivel internacional.
El plazo fijado para 2026 representa un hito en la evolución del futbol mexicano, que busca dejar atrás prácticas que han limitado su crecimiento. La implementación exitosa de estos cambios podría transformar la forma en que se desarrolla el deporte en el país, elevando la confianza entre los aficionados y creando un ambiente más competitivo y profesional. La próxima etapa del futbol mexicano está por comenzar, y no cabe duda de que todos estarán atentos a este proceso de transformación.
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