En un evento que ha generado un revuelo notable en la comunidad arqueológica y turística, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) otorgó permiso al conocido empresario y youtuber MrBeast para grabar en las zonas arqueológicas de Calakmul, Balankanché y Chichén Itzá. Este proyecto, titulado “Sobreviví 100 horas dentro de un templo antiguo”, tiene una duración de casi 16 minutos y presenta interiores de espacios que normalmente están restringidos al público.
La controversia surge a raíz de su acceso a estos lugares, que son limitados para muchos investigadores, quienes enfrentan numerosos requisitos para ingresar. La pregunta central que ha inquietado a la opinión pública es: ¿cuánto se pagó para obtener tal autorización? La arqueóloga Adriana Velázquez Morlet, responsable del Centro INAH en Campeche, explicó que la visita fue solicitada por el gobierno estatal y la Secretaría de Turismo federal, con el objetivo de promover Calakmul entre un público joven que no consume contenido académico.
La grabación comienza con MrBeast descendiendo por las escalinatas de una pirámide en Calakmul, y a lo largo del video, se menciona que “nobody can go where we’re going today”, refiriéndose al acceso exclusivo a sitios, como el Castillo de Kukulcán en Chichén Itzá. Una escena en la que exploran la Templo de Oxte’Tun destaca el asombro del youtuber al darse cuenta de que ni siquiera los arqueólogos tienen permitido ingresar a ciertos espacios. Por otro lado, se aclara que el hombre que les muestra una supuesta máscara funeraria no está vinculado al INAH y que la pieza es una réplica de plástico.
Además, la polémica se intensifica con críticas en redes sociales que sugieren que el permiso otorgado a MrBeast da evidencia de cómo el dinero puede sobrepasar normativas establecidas. Comentarios expresaron la preocupación de que, en lugar de académicos que han solicitado acceso a estos lugares, se privilegien las visitas de influencers para campañas de turismo.
Guadalupe Espinosa, directora de la zona arqueológica de Chichén Itzá, ha respaldado la intervención, afirmando que el video, aunque no es académico, será un vehículo para conectar con un público más joven. Ella enfatizó que el INAH sigue regulaciones en estos casos y que la cultura es dinámica, lo que requiere adaptación y flexibilidad en su promoción.
Mientras el video se vuelve viral y gana atención en plataformas como YouTube, surgen voces críticas que cuestionan la lógica detrás de este tipo de promociones. Algunos usuarios en redes sociales insisten en que este caso subraya una priorización de la frivolidad sobre la integridad académica y el respeto hacia el patrimonio cultural.
La llegada de un fenómeno como MrBeast a espacios de tanta relevancia cultural plantea un debate significativo sobre la preservación del patrimonio y la forma en que se presenta al público contemporáneo. Este episodio se convierte en un reflejo de las tensiones entre la modernidad, el turismo y la conservación de la historia.
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