En un electrizante encuentro de boxeo celebrado en Riyadh, Arabia Saudita, el mexicano David Picasso se presentó con grandes expectativas al enfrentarse al indiscutible campeón Naoya Inoue. A pesar de su esfuerzo y resiliencia, Picasso no logró sorprender y perdió ante Inoue, quien retuvo su estatus como campeón unificado en la categoría supergallo de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), Organización Mundial de Boxeo (OMB), Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y Federación Internacional de Boxeo (FIB) mediante decisión unánime.
La pelea tuvo lugar en el prestigioso Mohammed Abdo Arena durante la velada denominada “Ring V: Night of the Samurai”. Con un historial impresionante, Inoue había derribado a 27 de los 31 oponentes a los que ha enfrentado, incluyendo a figuras destacadas como Luis Pantera Nery y Nonito Donaire. A pesar de ello, Picasso mostró valentía y resistencia, logrando evitar el nocaut y haciendo alarde de sus habilidades en el ring hasta el último asalto. No obstante, la victoria fue clara en las tarjetas de los jueces, que dictaron 120-108, 119-109 y 117-111 a favor del japonés.
Inoue, conocido como “The Monster” por su increíble potencia y capacidad de noquear a sus rivales, adoptó un enfoque estratégico en esta pelea, evitando el estilo más agresivo que lo caracteriza. Su reconocimiento del desempeño adecuado de Picasso fue palpable; declaró: “Mi actuación esta noche no fue lo suficientemente buena, debería haberlo hecho mejor”, sugiriendo que esperaba cerrar la pelea con un nocaut, habitual en sus combates anteriores.
A pesar de su derrota, David Picasso, un joven de 25 años oriundo del barrio Tepito —la cuna del boxeo mexicano—, se ha ganado el respeto por su singular trayectoria. A diferencia de otros boxeadores que a menudo carecen de una formación académica, Picasso es estudiante de neurociencias en la Universidad Nacional Autónoma de México, lo que le aporta una perspectiva única tanto dentro como fuera del cuadrilátero.
Durante la pelea, Picasso comenzó con un buen ritmo, demostrando su rapidez y agilidad, pero no pudo mantener ese ímpetu ante la poderosa pegada y velocidad de Inoue. A medida que avanzaban los rounds, una lesión en la nariz afectó el rendimiento del mexicano, quien se encontraba cada vez más en desventaja frente a un rival que siempre respondió con combinaciones letales.
Al finalizar el combate, quedó claro que, aunque la actuación de David Picasso fue digna y valiente, no fue suficiente para marcar un hito en su carrera ni para destronar al formidable Naoya Inoue, quien continúa consolidándose como uno de los mejores libra por libra de la actualidad en el mundo del boxeo.
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