Nina y el enigma familiar de la tortuga.

Daniel López Aguilar

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Existen historias que trascienden las palabras, narrándose a través de gises de colores sobre cartón. En *Nina y el misterio de la tortuga*, una joven determinada a reencontrarse con su madre traza un camino lleno de significado, similar a un dibujo realizado mano, que se convierte en un reflejo visual de sus recuerdos y deseos.

Este monólogo, que presenta su última función hoy en La Titería Casa de las Marionetas, se destaca por su narrativa única: un solo cuerpo da vida a 17 personajes. Andrómeda Mejía, actriz, directora y autora de la obra, guía al público en un viaje emocional profundo y resonante.

La familia no siempre es con quien compartimos la sangre, afirmaba Mejía en una entrevista, encapsulando el núcleo del montaje, donde las conexiones emocionales prevalecen sobre cualquier lazo biológico.

Nina escapa de un orfanato junto a Tian, un joven con discapacidad intelectual, en busca de más que un abrigo; un anhelo por un espacio donde se sienta protegida y valorada.

A veces, quienes te ayudan a enfrentar la vida se convierten en tu familia, añadió Mejía. En esta historia, el concepto de familia se redefine más allá de lo biológico.

La obra presenta un reto tanto físico como emocional para Mejía, quien interpreta múltiples personajes sin cambiar de vestuario, usando únicamente su cuerpo como herramienta expresiva.

Cada rol emerge a través de la voz, la mirada y los gestos, creando un escenario que refleja las emociones comunicadas por el movimiento. Su agilidad al transitar de un personaje a otro, manteniendo la profundidad, muestra su habilidad para construir mundos diversos unidos por una narrativa común.

La música en vivo, a cargo de Francisco Buentello en el acordeón, es fundamental para la pieza. No solo acompaña sino que establece un vínculo emocional, convirtiéndose en un puente entre personajes y público al expresar emociones silenciadas. Mejía afirma que la música es otra voz, una que se dirige al corazón sin necesidad de palabras.

Los gises de colores son vitales en la trama. Distantes de ser simples herramientas, actúan como huellas, mapas y recuerdos. Son vestigios de lo que fue y posibilidades de lo que puede ser, añade la protagonista.

Cada trazo sobre el cartón cobra un profundo significado, marcando tanto el recorrido pasado como las rutas por explorar. Como los dibujos infantiles, estos gises simbolizan el deseo de no olvidar y la esperanza de avanzar.

La propuesta de la compañía Los Tres Pies del Gato, reconocida en Oaxaca y Madrid, aborda temas difíciles como la orfandad, la violencia y la inclusión de una manera sensible.

Se evita el sentimentalismo; en su lugar, se ofrece una mirada honesta sobre las relaciones humanas. Invita a reflexionar sobre cómo tratamos a la infancia y cómo podemos crear entornos más acogedores, destacó Mejía, quien busca entretener mientras invita al espectador a considerar su papel en el mundo.

La historia desafía el concepto tradicional de familia y abre espacio a nuevas definiciones de pertenencia. La familia no siempre es la que vive contigo, ni la que te han dicho que debería ser: es donde encuentras tu lugar y a quienes te acompañan en el camino, concluyó Mejía.

*Nina y el misterio de la tortuga* tendrá su última función hoy a las 17 horas en La Titería Casa de las Marionetas (Vicente Guerrero 7, colonia Del Carmen, alcaldía Coyoacán). Los boletos están disponibles en https://www.latiteria.mx.