El Gobierno mexicano ha ajustado su estrategia respecto al ultimátum de Estados Unidos, que exigía la entrega de 246 millones de metros cúbicos de agua —de una deuda total de 986 millones— antes del 31 de diciembre de 2025. Desde el lunes, México ha iniciado un envío gradual de agua hacia su vecino del norte, buscando saldar el déficit con una nueva revisión programada para el 31 de enero de 2026. La presidenta Claudia Sheinbaum ha enfatizado que este envío no comprometiera los recursos destinados a los ciudadanos mexicanos, afirmando que se ha evaluado la disponibilidad de agua en diversas cuencas para cumplir con la solicitud estadounidense, en el marco del Tratado de 1944.
Sheinbaum indicó que la rapidez exigida por Estados Unidos no era viable, tanto técnica como físicamente. “Se logró un acuerdo para entregar el agua en un plazo más amplio”, subrayó, señalando que el volumen de agua será revisado en función de las precipitaciones en el periodo de lluvias.
Un comunicado emitido por la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) también ratificó el inicio del envío de 249 millones de metros cúbicos, la cantidad reclamada por el entonces presidente Trump. Además, se reconoció el déficit histórico con Estados Unidos, una situación que ha generado creciente preocupación entre agricultores en el Valle del Río Grande de Texas, quienes han enfrentado severas repercusiones económicas por la falta de agua. Ante esto, el Gobierno estadounidense había amenazado inicialmente con la imposición de aranceles del 5% a México si no se comenzaban a cumplir con las obligaciones, señalando su compromiso con los intereses agrícolas estadounidenses.
Esta situación resalta la complejidad de las relaciones bilaterales entre México y Estados Unidos, donde la presión política y las exigencias económicas intersectan. El acuerdo alcanzado representa un esfuerzo por cumplir con el Tratado de Aguas de 1944, que estipula que México debe entregar anualmente 431 millones de metros cúbicos, equivalentes a un tercio de los excedentes de seis ríos que alimentan al Bravo. A su vez, México recibe descargas del río Colorado por un volumen anual de 1.850 millones de metros cúbicos.
Mientras tanto, se prevé que ambas administraciones continúen revisando el tratado y discutiendo un nuevo plan antes de que concluya enero. El desafío para el Gobierno de Sheinbaum radica en equilibrar el cumplimiento de los compromisos con Estados Unidos y las necesidades internas, especialmente en un contexto afectado por sequías severas en estados como Chihuahua y Nuevo León, que han impactado drásticamente a agricultores y ganaderos.
Esta dinámica refleja un punto crítico en la diplomacia hídrica entre ambos países, donde el futuro de los recursos hídricos y el bienestar económico de muchas comunidades dependen de la capacidad para negociar y adaptarse a los desafíos climáticos actuales.
Actualización: Datos correspondientes a 2025-12-15 09:08:00.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.


