La proximidad de la Copa del Mundo 2026 se siente en el aire, y dos selecciones destacadas, México y Estados Unidos, junto con Canadá, se preparan para ser anfitriones del evento. Este privilegio les exime de pasar por las eliminatorias, pero la falta de competencia formal podría impactar su rendimiento en el torneo.
El reto es importante para los directores técnicos de ambos equipos: Javier Aguirre para México y Mauricio Pochettino para Estados Unidos. Aguirre, quien inicia su tercer proceso mundialista, asumió el cargo tras la salida de Jaime Lozano, cuyo paso por la Copa América 2024 terminó en fracaso. A pesar de las limitaciones temporales para preparar adecuadamente al equipo, Aguirre ha logrado sacar lo mejor de sus recursos. Su notable éxito incluye la conquista de la Copa Oro 2025 y presentaciones positivas en partidos amistosos, aunque persisten preocupaciones sobre el funcionamient del Tricolor.
Pochettino, por su parte, asumió la dirección del equipo estadounidense tras un empate decepcionante contra Nueva Zelanda en septiembre de 2024. A pesar de su experiencia en clubes de alto nivel, sus inicios con la selección fueron turbulentos, y la presión sobre su desempeño aumenta cada día, especialmente después de caer en la final de la Copa Oro ante México.
Hasta ahora, Aguirre tiene un récord de 16 partidos con 11 victorias, 3 empates y solo 2 derrotas, mientras que Pochettino, en 17 encuentros, ha registrado 10 triunfos y 7 derrotas. La balanza de resultados ha puesto a Pochettino bajo la lupa, especialmente tras resultados adversos como la reciente derrota ante Corea del Sur, intensificando los cuestionamientos sobre su continuidad en el cargo.
Ambos equipos están apretando la agenda con la programación de amistosos en las próximas semanas, donde la presión será palpable. Un enfrentamiento sin resultados positivos podría desatar intensas críticas sobre los caminos que ambos técnicos han tomado en su preparación hacia el Mundial.
A medida que avanzan los días hacia el torneo, la expectación sigue creciendo y los desafíos aumentan tanto para Aguirre como para Pochettino. Las decisiones que tomen en sus respectivas selecciones no solo definirán su legado, sino también el futuro inmediato de cada equipo en el escenario futbolístico mundial.
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