El reciente descarrilamiento de la Línea Z del Tren Interoceánico ha sacudido a las comunidades de Salina Cruz y Coatzacoalcos, dejando hasta ahora 13 personas fallecidas y un total de 36 heridos que requieren atención médica. Este trágico incidente se registró el domingo a las 09:28 horas, cuando una locomotora del tren se descarriló, haciendo que cuatro de sus vagones salieran de las vías. En total, viajaban aproximadamente 250 personas, lo que transforma el accidente en uno de gran magnitud.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se dirigió a la región para supervisar la atención médica de las víctimas y anunció un apoyo económico inmediato de 30,000 pesos para las familias de los afectados. Este monto está destinado a cubrir gastos urgentes relacionados con el incidente, y se complementará con los costos de traslado y atención integral de las víctimas. No obstante, Sheinbaum subrayó que esta ayuda es solo un primer paso, y que la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) seguirá de cerca cada caso.
Mientras tanto, el Consejo Coordinador Empresarial, presidido por José Medina Mora, expresó su pesar por el accidente y enfatizó la necesidad de priorizar la atención a los heridos. Las autoridades confían en que este desafortunado acontecimiento servirá para aclarar las causas del mismo, lo que podría llevar a mejorar la seguridad y la infraestructura ferroviaria en el sur-sureste del país.
La Secretaría de Marina (Semar) ha informado sobre las condiciones del tren y el cumplimiento de los protocolos de seguridad. El tren estaba equipado con un vehículo de doble uso que inspecciona las vías antes de la salida para asegurar que no haya fallas. Sin embargo, a pesar de estas medidas de precaución, el accidente ocurrió, lo que plantea preguntas sobre la eficacia de los sistemas de seguridad existentes.
La Fiscalía General de la República (FGR) ha iniciado una investigación, manteniendo la cadena de custodia del área del siniestro y del registrador electrónico del tren —similar a una caja negra— que recolecta datos críticos sobre el funcionamiento de la locomotora. Además, se están llevando a cabo dictámenes técnicos por parte de peritos en diversas áreas para esclarecer las causas del descarrilamiento.
La situación en el Istmo de Tehuantepec continúa siendo delicada, mientras las autoridades trabajan para brindar atención a las víctimas y esclarecer lo sucedido. Un análisis minucioso de este incidente podría ayudar a prevenir futuros accidentes y aumentar la confianza en proyectos de infraestructura vital para el desarrollo de la región.
Actualización: hasta el cierre de esta edición, las cifras de fallecidos y heridos se mantienen.
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