Guillermo Lasso es un presidente de confluencias. En una misma semana, le puede estallar el escándalo de los Papeles de Pandora, tener una masacre con decenas de muertos en una cárcel y un boicot de la Asamblea a las leyes medulares para sacar adelante a Ecuador. Pero todo puede juntarse también a su favor. Este martes, la Asamblea Nacional y la Contraloría General del Estado han coincido en dar carpetazo a sendas investigaciones por las posesiones que el presidente ecuatoriano ha tenido en paraísos fiscales.
El ente que fiscaliza a los funcionarios públicos ha concluido a media tarde que no hay indicios de que el jefe de Estado incumpliera la ley que le prohíbe tener activos en territorios con mejor tributación que la ecuatoriana y por tanto ha archivado el expediente. Por la noche fue la Asamblea la que enterró el caso de los Papeles de Pandora. El Pleno legislativo no sumó los votos suficientes para aprobar el informe que llevaba a su destitución por haber generado “grave crisis política o conmoción” con la aparición de documentos que le vinculaban a empresas offshore en Panamá y en Estados Unidos.
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El debate de más de cuatro horas venía precedido por otra sesión maratónica para leer las reflexiones de la comisión que trató el asunto y terminó con dos votaciones de mayoría insuficiente. La moción de Paola Cabezas, asambleísta del bloque de Unión por la Esperanza, que representa los intereses del correísmo, cosechó 51 apoyos, 77 rechazos y siete abstenciones. No tuvo mayoría suficiente para su aprobación. Una segunda moción del presidente de la Comisión de Garantías Constitucionales, que fue la mesa que investigó y elaboró el informe de destitución, consiguió más votos afirmativos que negativos pero no alcanzó a los 70 que hacían falta.
Por más que las bancadas de oposición invocaban la incoherencia moral del mandatario ecuatoriano –“¿Quién va a defender a un presidente que ha violado la ley del pacto ético”, replicaba la opositora Mónica Palacios-, pesaron más los argumentos a favor del presidente. “Es el mayor pagador de impuestos”, decía el oficialista Diego Ordóñez.
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En lo que sí se puso de acuerdo el hemiciclo es en pedir más explicaciones a Lasso, que fue convocado dos veces por la Asamblea y respondió por escrito a los pedidos de información, invitando a los asambleístas a visitarle y entrevistarle en el palacio de Carondelet, en Quito. “No tengo nada que ocultarle al país”, se defendió en octubre cuando saltó la polémica. La sesión legislativa de este martes se extendió tras abordar el tema principal para exhortar al presidente Lasso a que comparezca ante el Pleno y explique su relación con activos y empresas en paraísos fiscales, esta propuesta sí alcanzó apoyo suficiente con 82 votos.
La Asamblea no contaba con la fuerza suficiente para arremeter contra el jefe del Ejecutivo y la Contraloría, por su parte, concluyó en su informe especial por los Papeles de Pandora que “no encontró elementos objetivos que demuestren que el señor Guillermo Lasso, a las fechas de inscripción de la candidatura para presidente de la República de Ecuador y de posesión de dicho cargo, haya infringido las normas”. Archivadas las dos vías de investigación, únicamente queda abierto el expediente de la Fiscalía General del Estado, iniciado ante una denuncia del excandidato presidencial Yaku Pérez por la documentación filtrada a nivel internacional.
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