En el ámbito de los videojuegos y la cultura popular, las narrativas masculinas y los ideales de héroes han dominado durante décadas, influyendo tanto en la manera en que se crean historias como en las expectativas que los jugadores tienen sobre sus personajes. Carly Kocurek, profesora de humanidades digitales y estudios de medios, apunta que aunque los tropos masculinos no son necesariamente negativos, sí pueden restringir la diversidad de relatos y la innovación creativa en la industria.
Kocurek destaca cómo muchas historias, desde las épicas de ciencia ficción como Star Wars hasta las aventuras de personajes fantásticos, están profundamente arraigadas en arquetipos clásicos, como el viaje del héroe de Joseph Campbell. Estos modelos generan ideas preconcebidas sobre lo que constituye un héroe y, por ende, lo que representa ser un hombre, lo que se repite constantemente en el cine y los videojuegos. Personajes icónicos como Master Chief de Halo, Solid Snake de Metal Gear y Mario de Nintendo reflejan este fenómeno.
Bennett Foddy, desarrollador de Baby Steps, propone una mirada alternativa. En lugar de encarnar al héroe capaz y autosuficiente, su juego presenta a un protagonista que enfrenta dificultades y se esfuerza por cumplir con expectativas poco realistas. A lo largo del juego, Nate, quien proviene de un trasfondo privilegiado, lucha contra sus propias limitaciones, lo que plantea preguntas sobre la responsabilidad personal y el entorno que influye en el comportamiento.
El equipo detrás de Baby Steps busca desafiar la narrativa tradicional al evitar promover el mensaje de que el éxito solo se logra a través de esfuerzos individuales, un enfoque que a menudo se relaciona con la moralidad de generaciones pasadas. En su lugar, invitan a la reflexión sobre las verdaderas motivaciones y comportamientos de los jugadores. Foddy observa que muchos de ellos se resisten a buscar ayuda, encarnando el estereotipo del jugador que no pide direcciones o ignora las guías del juego.
Además, la dinámica de dificultad en los videojuegos también se ha convertido en un tema candente, donde el concepto de “git gud” se ha popularizado para referirse a la mejora personal a través de la práctica. Kocurek resalta cómo esta mentalidad ha llevado a un círculo vicioso, donde los videojuegos no solo incluyen ideales que atraen a ciertos jugadores, sino que también refuerzan esas expectativas.
Foddy se muestra consciente de la complejidad tras el orgullo masculino al enfrentarse a retos en los videojuegos, una experiencia que puede llevar a la frustración. El desafío de Baby Steps radica en experimentar fallos de manera abierta, lo que permite a los jugadores cuestionar si sus esfuerzos se basan en un deseo genuino de diversión o en el orgullo. Esta reflexión invita a una discusión más profunda sobre el papel del género en la narrativa lúdica y cómo las expectativas personales moldean la experiencia de juego.
Este análisis se enriquece al considerar la fecha de la publicación original, en 2025. Sin embargo, en el contexto del año 1758068412, estas cuestiones siguen siendo relevantes y merecen ser exploradas en la continua evolución de la industria de los videojuegos y la cultura popular.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.