El año 2025 se despide consolidando el patrimonio nacional como un baluarte en la política cultural mexicana, destacándose por descubrimientos arqueológicos significativos, una firme lucha contra el tráfico ilícito de bienes históricos y la restitución de miles de piezas expoliadas. El Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha sido protagonista en esta agenda, transformando el patrimonio de un mero objeto de estudio a un terreno de confrontación política, jurídica y ética.
En un evento notable, el 5 de diciembre, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) entregó 52 objetos arqueológicos al INAH, regresando piezas que habían sido voluntariamente devueltas por particulares en Estados Unidos. Esta donación se suma a más de 2,000 bienes recuperados en el primer año de la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, un esfuerzo que resalta la importancia de la repatriación cultural, gestionada por las embajadas y consulados de México en Estados Unidos.
Los objetos devueltos presentan características de las culturas mexica, teotihuacana y zapoteca, con una cronología que abarca desde el 500 a.C. hasta 1521, evidenciando su valor inestimable para la identidad nacional. La defensa del patrimonio cultural ha sido uno de los pilares en la política exterior mexicana, enfatizando su inalienabilidad y la ilegalidad de su comercio fuera del país.
Este enfoque se ha complementado con una intensa ofensiva diplomática contra subastas internacionales. La Secretaría de Cultura, bajo la dirección de Claudia Curiel de Icaza, ha denunciado y solicitado la cancelación de ventas en Estados Unidos y Europa que incluían bienes arqueológicos mexicanos. Un caso destacado ocurrió cuando la casa Bonhams Cornette de Saint Cyr en París anunció la subasta de 48 piezas prehispánicas, lo que reavivó el debate sobre la legalidad y ética del comercio de patrimonio cultural.
En 2025, el INAH no solo se ha enfocado en la repatriación, sino que también ha realizado importantes hallazgos arqueológicos. En la Costa Chica de Guerrero, se documentó el sitio Paso Temprano, una ciudad prehispánica de 1,200 años de antigüedad que reveló estructuras defensivas y habitacionales. En Calakmul, Campeche, se descubrió un panel de piedra caliza que aporta nuevos conocimientos sobre la relación histórica entre los antiguos mayas y otras civilizaciones.
El año también marcó el 500 aniversario de la fundación de Tlaxcala, donde el INAH distribuyó facsimilares del Manuscrito de Glasgow, facilitando el acceso a esta valiosa memoria documental. La gestión de Diego Prieto Hernández al frente del INAH culminó con su transición hacia la Unidad Estratégica de Culturas Vivas, Patrimonio Inmaterial e Interculturalidad, mientras que Joel Omar Vázquez Herrera asumirá el liderazgo de la institución.
La reactivación de sitios arqueológicos y la modernización de museos en diversas localidades han generado un creciente interés en el patrimonio cultural, como lo demuestra el hecho de que más de 5 millones de personas visitaron las cinco zonas arqueológicas más populares del país, incluyendo Chichén Itzá y Teotihuacan.
En resumen, el patrimonio mexicano se ha convertido en un campo de disputa y reivindicación a nivel global, reflejando no solo la rica diversidad cultural del país, sino también los esfuerzos constantes por proteger y salvaguardar su legado. Con una estrategia clara de repatriación y una sólida defensa ante el comercio ilícito, el 2025 cierra un capítulo decisivo en la tutela del patrimonio nacional, dejando la puerta abierta para nuevos descubrimientos y reivindicaciones en el futuro.
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