La petrolera estatal mexicana Pemex ha avanzado en su intento por frenar la caída en su producción de hidrocarburos. La semana pasada, la compañía adjudicó cinco de los once contratos mixtos que planeaba completar antes de final de año, con la esperanza de añadir una cantidad significativa de barriles a su producción en declive. Estos contratos, según fuentes con conocimiento del asunto, podrían sumar cerca de 70,000 barriles por día (bpd) para 2025, elevando así su producción actual de 1.6 millones de bpd.
Sin embargo, el panorama no resulta tan prometedor. Aparentemente, Pemex no ha logrado atraer a grandes empresas del sector, lo que genera dudas sobre la capacidad de estos nuevos contratos para revertir una tendencia de caída continuada en la producción. Las deudas acumuladas por la gigante estatal y algunas condiciones impuestas en los contratos, como la exigencia de que Pemex participe al menos con un 40%, podrían dificultar aún más esta meta de producción.
Los contratos asignados abarcan proyectos en áreas como Tupilco Terciario, Sini-Caparroso, Cuervito, Agua Fría y Tamaulipas Constituciones. En conjunto, Pemex recaudó bonos que ascienden a aproximadamente 50 millones de dólares, y se espera que la formalización de estos acuerdos ocurra el 19 de diciembre. Sin embargo, no hay claridad sobre el estatus de las otras seis asignaciones planeadas ni si algunas de ellas resultaron en desierto.
Tamaulipas Constituciones, uno de los campos adjudicados, posee una pequeña producción que incluirá crudo pesado y gas natural. Pemex tiene grandes expectativas de extracción en este campo, con proyecciones de alcanzar 78.5 millones de barriles y 80.9 mil millones de pies cúbicos de gas durante los próximos 20 años.
Por otro lado, el proyecto Sini-Caparroso, ubicado en el sur del país, prevé la producción de 23 millones de barriles de petróleo y 58 mil millones de pies cúbicos de gas en dos décadas, con una participación del 84% para Pemex. En Cuervito, aunque no se registra producción de crudo, se estiman reservas de gas de 115 mil millones de pies cúbicos, y la estatal proyecta recuperar 262 mil millones de pies cúbicos de gas en 20 años con una participación del 46%.
Agua Fría, cercano al Golfo de México, también representa una apuesta de Pemex, donde se estiman 129 millones de barriles de petróleo y más de 200 mil millones de pies cúbicos de gas a lo largo de dos décadas, con el 48% de participación de la estatal.
Los análisis apuntan a que México presenta un déficit considerable en el abastecimiento de gas natural, dependiendo en gran medida de las importaciones desde Estados Unidos. La falta de inversión en la producción local ha creado un ambiente complicado, en el cual los bajos precios en Norteamérica dificultan la viabilidad de nuevos proyectos de extracción.
En el caso de Tupilco Terciario, la información es más escasa. Pemex tendrá una participación del 64% en este contrato, adjudicado a Cesigsa.
Al buscar un equilibrio en sus operaciones, la empresa ha enfrentado la dura realidad de una producción que se aleja de los picos históricos de 3.4 millones de bpd que alcanzó hace dos décadas. El Gobierno mexicano ha establecido expectativas de producción nacional de 1.8 millones de bpd durante el actual sexenio, que terminará en 2030.
Dado este contexto, Pemex se enfrenta al reto de concurrir nuevos contratos para revertir la situación. A pesar de las esperanzas iniciales, la industria permanece escéptica sobre la capacidad de estas adjudicaciones para realizar un impacto significativo en la producción, dejando en claro que aún queda un largo camino por recorrer.
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