En días recientes se ha puesto en entredicho, una vez más, la seguridad de los periodistas en México. El pasado miércoles, uno de ellos fue asesinado en Tehuacán, Puebla, generando indignación y temor en la comunidad periodística del país.
Marco Aurelio Ramírez era su nombre, y se destacaba por su labor en el periodismo de nota roja. Fue encontrado en su vehículo, con varias heridas de bala y sin vida. La noticia se extendió rápidamente, haciendo eco en los medios nacionales e internacionales.
La muerte de Ramírez es un recordatorio más de la inseguridad que enfrentan los periodistas en México. Según organizaciones de derechos humanos, México es uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo, con altos índices de violencia y amenazas hacia los comunicadores.
Ante este panorama, es urgente que las autoridades tomen medidas para garantizar la seguridad de los periodistas en el país. Además, la sociedad en general debe ser consciente de la importancia de la labor periodística y el impacto que tiene en la sociedad.
Esperamos que la muerte de Marco Aurelio Ramírez no sea en vano, y que su legado en el periodismo sirva como inspiración para seguir luchando por la libertad de expresión y un ambiente de seguridad para quienes ejercen esta profesión en México.
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