Santiago de Chile se vio envuelto en una creciente polémica este 15 de diciembre, tras la emisión de declaraciones incendiarias por parte del presidente colombiano Gustavo Petro. Las palabras de Petro dirigidas al presidente electo chileno, José Antonio Kast, han llevado al gobierno de Gabriel Boric a presentar una nota de protesta ante la embajada de Colombia en Chile.
El desencadenante de esta controversia fue un tuit en el que Petro criticó la victoria de Kast, quien ganó las elecciones presidenciales en un sorpresivo desquite frente a la candidata izquierdista Jeannette Jara. En sus declaraciones, Petro no escatimó en adjetivos, acusando a Kast de ser “hijo de Hitler” y afirmando que el “fascismo avanza”. Esta confrontación no solo refleja la polarización política en la región, sino que también pone de relieve las tensiones entre líderes de diferentes posturas ideológicas en el continente.
El canciller chileno, Alberto van Klaveren, expresó el descontento oficial de su país, calificando los comentarios de Petro como “inaceptables”. Además, hizo énfasis en la necesidad de mantener un discurso respetuoso entre naciones, especialmente en un contexto electoral tan delicado.
La figura de José Antonio Kast, un político de extrema derecha y admirador del legado de Augusto Pinochet, ha estado en el ojo del huracán. Kast proviene de una familia de inmigrantes alemanes, y aunque han surgido informes que ligan a su padre con el partido nazi, él mismo ha desmentido estas afirmaciones, afirmando que fue reclutado forzosamente durante la Segunda Guerra Mundial.
El eco de esta disputa ha trascendido fronteras, llegando incluso a Estados Unidos. El expresidente Donald Trump, al enterarse de la elección de Kast, expresó su deseo de saludarlo, calificándolo de “una muy buena persona”.
El clima político en América Latina sigue siendo tenso, y este intercambio de acusaciones entre líderes pone de manifiesto las heridas del pasado y las divisiones actuales en la política de la región. Las reacciones a las palabras de Petro y la elección de Kast seguirán desarrollándose, y es evidente que estas dinámicas seguirán influyendo en el futuro político de ambos países.
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