El petróleo enfrenta un panorama incierto tras el cierre de la jornada del pasado martes, donde las preocupaciones sobre las negociaciones entre Estados Unidos e Irán, así como las conversaciones de paz entre Rusia y Ucrania, han dominado el ambiente de los mercados. Por otro lado, la reciente información gubernamental de China plantea perspectivas cautas para su economía, lo que añade más presión a los precios del crudo.
Los futuros del Brent disminuyeron 16 centavos, un 0.2%, alcanzando los 65.38 dólares por barril, mientras que el crudo estadounidense West Texas Intermediate (WTI) experimentó una caída similar de 13 centavos, también un 0.2%, quedando en 62.56 dólares. La incertidumbre se ha intensificado especialmente tras las declaraciones del líder supremo iraní, el ayatolá Alí Jamenei, quien calificó de “excesivas e indignantes” las exigencias de Estados Unidos para que Irán detenga el enriquecimiento de uranio. Esto hace dudar de la posibilidad de un nuevo acuerdo nuclear que, en caso de lograrse, permitiría a Irán aumentar sus exportaciones de petróleo en un rango de 300,000 a 400,000 barriles diarios.
Irán, que en 2024 ocupaba el tercer lugar como productor de crudo en la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), solo detrás de Arabia Saudita e Irak, se encuentra a la espera de que las sanciones se suavicen para reactivar su producción. Mientras tanto, la Unión Europea y Gran Bretaña han decidido implementar nuevas sanciones contra Rusia, anticipándose a una acción similar por parte de Estados Unidos. Esto ocurre un día después de que el presidente Donald Trump dialogara con Vladímir Putin; un diálogo que no logró materializar un cese al fuego en Ucrania.
En este contexto, Ucrania está presionando a las economías del Grupo de los Siete (G7) para que reduzcan el tope de precios sobre el petróleo ruso transportado por mar, pidiendo que se establezca en 30 dólares por barril, por debajo del límite actual de 60 dólares que responde a la guerra de Rusia en Ucrania. Adicionalmente, datos recientes sobre una desaceleración en la producción industrial y en las ventas minoristas en China han incrementado las preocupaciones respecto a la demanda de combustible del principal importador de crudo del mundo.
No obstante, hay un matiz en la narrativa, ya que la reciente pausa de 90 días en los aranceles entre Estados Unidos y China, según Goldman Sachs, sugiere que podría haber un repunte en los flujos comerciales procedentes de China. Esta situación presenta un marco dinámico, donde el mercado del petróleo se encuentra a la expectativa de nuevas revelaciones y decisiones en el ámbito internacional que podrían influir en su trayectoria.
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