El mes de diciembre nos invita a aprovechar momentos astrales significativos que marcan un cambio en nuestras energías y enfoques.
Desde el 11 de diciembre, Mercurio se posiciona en Sagitario y se encuentra con una Luna Menguante en Virgo, creando un ambiente propicio para liberar expectativas y limpiar el desorden mental acumulado. Este día resulta ideal para reflexionar, escribir y reorganizar lo que quedó pendiente en noviembre. No es necesario tener todas las respuestas, sino enfocarse en ganar claridad sobre los próximos pasos que se desean dar.
A partir del 15 de diciembre, Marte se trasladará a Capricornio, donde la energía se centrará en el ámbito profesional y en la consolidación de metas. La influencia de Marte en este signo traerá seriedad, determinación y un sentido de ambición que no se centra en el ego, sino en construir algo duradero y significativo. Este es un mes para adoptar un liderazgo estratégico y demostrar que la verdadera fuerza proviene de la disciplina en lugar de la ostentación.
El 19 de diciembre, la Luna Nueva en Sagitario dará inicio a un ciclo de expansión interna, fomentando un deseo de encontrar un mayor sentido en la vida. Esta Luna empuja a desafiar los propios límites, alentando a explorar nuevas oportunidades, como considerar una mudanza al extranjero, continuar la educación o expandir proyectos personales o profesionales.
El 21 de diciembre se celebrará el solsticio, un momento significativo donde Júpiter en Cáncer formará una cuadratura con Quirón en Aries y el Sol ingresará en Capricornio. Este evento puede activar procesos de sanación profunda relacionados con la familia y la identidad. Un comentario o una noticia podrían ofrecer nuevas perspectivas sobre la fortaleza interior, recordándonos que el cuidado personal es crucial y que somos responsables de nuestra propia sanación.
El 24 de diciembre, Venus hará su entrada en Capricornio y permanecerá en este signo hasta final de año. Este tránsito favorecerá la seriedad en las relaciones, buscando conexiones auténticas y proyectos con propósito que sostengan tanto como uno puede ofrecer. La búsqueda del amor se enriquece, alejándose de lo superficial hacia vínculos más significativos.
Finalmente, el 27 de diciembre, una Luna Creciente en Aries proporcionará el impulso necesario para el renacer desde el interior. Este no será un nuevo comienzo, sino un avance sustentado en las lecciones aprendidas y en la sanación personal. Esta luna nos anima a tomar las riendas de nuestra propia narrativa.
En el ámbito profesional, diciembre se presenta como un mes de posicionamiento. Las siembras anteriores encuentran su camino, mientras que lo que carecía de fundamentos tiende a desmoronarse dignamente. Emocionalmente, se culmina una etapa de autosabotaje, aprendiendo a recibir sin culpa y a soltar sin resentimiento. El amor se transforma, pasando de ser un mero juego a convertirse en una experiencia auténtica, donde la conexión se convierte en lo primordial.
Esta información refleja las proyecciones astrológicas y energéticas para diciembre, siendo relevante para quienes buscan comprender la influencia de los astros en su vida cotidiana.
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