La pérdida de un ser querido puede ser un proceso abrumador, y a menudo trae consigo una serie de trámites y responsabilidades que deben afrontarse mientras se atraviesa por el duelo. Uno de los aspectos más relevantes a considerar son los posibles compromisos financieros que el fallecido dejó, siendo uno de los más críticos el crédito hipotecario.
En México, muchos productos financieros incluyen un seguro de vida que puede cubrir la deuda del titular en caso de fallecimiento. Esto es especialmente común en los financiamientos para la compra de vivienda. Según expertos en el sector, estos créditos están respaldados por un seguro que se activa para saldar el saldo pendiente de la hipoteca si el titular fallece de manera accidental o por enfermedad.
Es fundamental entender que este mecanismo libera a los beneficiarios de cualquier obligación con respecto a la hipoteca, siempre y cuando se cumpla una condición clave: el acreditado debe haber estado al corriente en sus pagos en el momento del fallecimiento. En caso de que existan mensualidades pendientes, los beneficiarios tendrán que regularizarlas para poder requerir la activación del seguro.
Es importante también considerar el caso de los créditos hipotecarios adquiridos de manera conyugal, como los otorgados por instituciones como Fovissste o Infonavit. En estas situaciones, el tratamiento es diferente. Cuando fallece uno de los titulares, el seguro solo cubrirá la parte correspondiente de la deuda del dececido, mientras que la porción asociada al cónyuge sobreviviente sigue vigente. Esto implica que, aunque exista un seguro de vida, la deuda no se extingue por completo, sino en la parte que corresponde al titular que ha fallecido.
Una pregunta recurrente es si las deudas pueden heredarse. La respuesta es afirmativa, aunque depende del tipo de obligación y del proceso legal que haya seguido el fallecido. Normalmente, los familiares o beneficiarios pueden asumir la responsabilidad de algunas deudas, como un crédito hipotecario, si se cumplen ciertos criterios. Generalmente, son el cónyuge, los hijos, el obligado solidario, o el albacea designado en el testamento quienes pueden ser responsables.
Para aquellos que se convierten en beneficiarios de una herencia y enfrentan un crédito hipotecario, es recomendable seguir algunos pasos clave. Primero, investigar si existía un testamento. En segundo lugar, verificar la existencia de deudas. Finalmente, es crucial notificar a las instituciones financieras para activar el seguro correspondiente.
Es esencial recordar que los herederos no están obligados a liquidar las deudas con sus propios recursos. Sin embargo, sí lo están a hacerlo con los bienes heredados. Si no se hace, los acreedores podrían optar por acciones legales, lo que podría culminar en la pérdida parcial de la vivienda. Este complejo entramado emocional y financiero subraya la importancia de estar debidamente informados ante situaciones difíciles.
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