El reciente Programa Sectorial de Turismo publicado por el gobierno federal el 15 de septiembre no solo presenta un diagnóstico revelador sobre la industria turística de México, sino que también destaca las profundas desigualdades que caracterizan su desarrollo. Según el análisis, cuatro destinos son responsables de un abrumador 80.4% de la llegada de turistas por vía aérea al país: Cancún (43.8%), Ciudad de México (17%), Los Cabos (10.8%) y Puerto Vallarta (8.8%). Este fenómeno ha generado una marcada concentración de la oferta hotelera, altos niveles de ocupación y excelentes conexiones aéreas en el Caribe mexicano.
Llama la atención que, durante el año 2024, Quintana Roo, Baja California Sur y Nayarit concentraron el 75.1% de la Inversión Extranjera Directa (IED) turística, con un total de 2,870.9 millones de dólares. Estos datos apuntan a la necesidad urgente de redirigir los esfuerzos hacia otros estados y municipios que poseen un potencial turístico significativo pero que aún carecen de la inversión necesaria.
El documento también revela que el 48% de la oferta de cuartos de alojamiento de México está concentrada en solo siete estados: Quintana Roo, Jalisco, Ciudad de México, Veracruz, Nayarit, Guerrero y Guanajuato. Esta dicha concentración en los destinos consolidados de sol y playa ha dejado a muchas comunidades rurales y zonas con diversidad biocultural sin las oportunidades e infraestructuras necesarias para su desarrollo turístico.
Para abordar estas desigualdades, el programa propone un enfoque renovado en la promoción del turismo. Sugiere el establecimiento de esquemas que permitan canalizar mayores recursos públicos hacia el fortalecimiento del posicionamiento turístico de México. Se plantean modelos de colaboración público-privada inspirados en experiencias exitosas de países como España y Australia, que han combinado fondos gubernamentales con iniciativas de la industria para potenciar el turismo.
Así, el Programa Sectorial de Turismo establece seis objetivos claros para equilibrar la balanza en la distribución de los beneficios turísticos: fomentar el desarrollo regional en áreas menos favorecidas; atraer inversiones en infraestructura turística; desarrollar una política de gobernanza que beneficie al sector nacional; incrementar la competitividad e innovación; promover la sostenibilidad en destinos turísticos y diversificar mercados y destinos a nivel nacional.
Este diagnóstico y sus propuestas no solo evidencian la urgencia de una transformación en el enfoque turístico del país, sino que también subrayan la importancia de crear un entorno más equitativo y diverso que potencie el turismo en toda su amplitud. La información presentada en este análisis corresponde a la fecha de su publicación original y refleja las dinámicas del sector hasta ese momento.
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