En junio de 1938, el mundo se encontraba en un cruce de caminos, y en este contexto histórico, Joseph “Joe” Shuster y Jerome “Jerry” Siegel presentaron a Superman en el primer número de la revista Action Comics. Este icónico personaje no solo se convertiría en un símbolo perdurable, sino que también daría origen a un nuevo y vibrante género en la cultura popular: las aventuras de superhéroes.
La primera portada del cómic y sus primeras páginas revelaron el trasfondo extraterrestre de Superman, su llegada a la Tierra y sus increíbles habilidades. En una narración magistral, el héroe salvó a una mujer condenada injustamente a la silla eléctrica, cimentando así su papel como campeón del bien. Shuster y Siegel, a pesar de su juventud y de haber recibido formación casi autodidacta, se convirtieron en pioneros de un mito que perdura en nuestros días.
Ambos creadores, de origen judío-lituano y norteamericanos de segunda generación, se criaron en el barrio judío de Glenville en Cleveland. Procedían de familias humildes que habían emigrado a Estados Unidos en busca de una vida mejor, escapando del creciente antisemitismo en Europa. Esta narrativa de superación resonaría a través de la cultura del cómic en los años cincuenta y sesenta, también conocida como la “edad de oro”, donde muchos creadores, como Jack Kirby y Will Eisner, navegaron por aguas similares.
La creación de Superman no fue un acto aislado; fue el resultado de una absorción cuidadosa de influencias culturales de la época. Se inspiraron en figuras como Doc Savage y The Phantom, quienes ya encarnaban ideales de justicia y heroísmo. Sin embargo, lo que diferenciaba a Superman era su capacidad sobrehumana: volar, poseer una fuerza descomunal y habilidades extraordinarias. Esto lo conectaba con los mitos de semidioses, estableciendo un paralelismo fascinante entre él y héroes de la mitología mundial.
En la actualidad, se espera con interés la nueva adaptación cinematográfica de Superman, bajo la dirección de James Gunn, conocido por su trabajo en películas de Marvel. Esta versión se alejará de los orígenes del personaje ya explorados en numerosas ocasiones, asumiendo que la audiencia está familiarizada con su legado: Kal-El, el único sobreviviente de Krypton, enviado a la Tierra por su padre y criado por los Kent en Kansas. Su historia, marcada por el sacrificio y la moralidad, sigue siendo relevante.
El contexto histórico en que nació este icónico héroe es crucial. Alrededor de finales de los años treinta, Estados Unidos enfrentaba secuelas profundas tras el crack del 29, y la sociedad buscaba héroes que representaran la lucha contra las injusticias. En este clima de incertidumbre prebélica, Superman se convirtió en una figura que encarnaba ideales de resiliencia y justicia, incluso enfrentándose metafóricamente a figuras como Hitler, aunque con una sensibilidad que lo distinguía de otros superhéroes de la época.
Un aspecto intrigante de Superman es su dualidad. Con su identidad secreta de Clark Kent, símbolo de fragilidad, el personaje permite a muchos identificarse con él, mientras oculta su verdadero poder. Esta faceta de inseguridad y humanidad atrapa al lector, reflejando un deseo colectivo de ser más de lo que somos.
La figura de Superman ha sido interpretada de diversas maneras a lo largo del tiempo, y aunque ha habido adaptaciones más oscuras en el cine reciente, se espera que la nueva película de Gunn retome su esencia humanista, un faro de esperanza en un paisaje cultural que a menudo parece distópico. Celebrar al hombre detrás del superhéroe es fundamental en el estudio de este mito moderno que, a pesar de su origen ficticio, puede tener un impacto profundo en cómo interpretamos el mundo y a nosotros mismos.
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