Las fiestas extrañas y fascinantes son un sello distintivo de la cultura española, donde las tradiciones más peculiares atraen tanto a locales como a turistas. En el corazón de estas festividades se encuentra la Danza de los Enanos, un evento que forma parte de la celebración de la Bajada de la Virgen de las Nieves en Santa Cruz de La Palma. Este acontecimiento tiene lugar cada cinco años, y la última edición, atrasada una década por la pandemia, ha generado una expectación notable entre los habitantes y visitantes de la isla.
La Danza de los Enanos se caracteriza por un espectáculo colorido en el que participantes de estatura normal se camuflan tras grandes tricornios napoleónicos, creando una imagen que ha capturado la atención de las redes sociales. La música que acompaña este baile, una polca creada en 1925 por Domingo Santos Rodríguez, ha dado vida a un evento que, en ocasiones, puede extenderse a trece horas ininterrumpidas de danza y entretenimiento. Este año, el regreso de los enanos ha sido todavía más especial, ya que se ha revivido una tradición que había estado ausente desde 1925: los danzantes aparecieron inicialmente vestidos como reyes.
La sorpresa y la fascinación también han sido ingredientes fundamentales en este evento. Para muchos niños, la Danza de los Enanos ha sido su primer encuentro con esta singular tradición, donde los enanos asustan y juegan con la audiencia durante el pasacalle. La magnitud del interés se ha visto amplificada por la viralidad en plataformas como TikTok e Instagram, donde el hashtag #Enanos2025 acumuló miles de visualizaciones y comentarios, y la retransmisión online del evento alcanzó más de 340,000 visualizaciones.
A pesar de su carácter festivo, la Danza de los Enanos posee un matiz de misterio y simbolismo que evoca otras festividades en España. Dicha conexión se puede notar en celebraciones como la Vijanera de Silió, donde personajes simbólicos representan fuerzas ancestrales, o la romería de Santa Marta de Ribarteme, que involucra desfiles de personas en ataúdes como ofrenda a la virgen.
Las festividades en España suelen estar repletas de figuras y tradiciones que a menudo rayan en lo grotesco, como es el caso del Colacho de Castrillo de Murcia, un personaje demoníaco que salta sobre bebés en colchones, o el Jarramplas de Piornal, un individuo al que los vecinos lanzan nabos durante una celebración vibrante y catártica.
La riqueza cultural de estas festividades, desde las que incluyen danzas y música hasta aquellas que juegan con elementos más oscuros, no solo celebra la herencia local, sino que también forma un lazo entre la comunidad y su historia. La próxima cita de la Danza de los Enanos seguramente atraerá aún más atención y fervor, mostrando cómo un evento que a primera vista parece simple, está profundamente enraizado en la identidad y la memoria colectiva de los habitantes de La Palma.
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