Ángel Vargas
Periódico La Jornada
Jueves 26 de junio de 2025, p. 3
En un contexto de creciente interés por la ópera, Marcelo Lombardero, director artístico de la Compañía Nacional de Ópera, ha manifestado la importancia de abordar el fenómeno de las funciones llenas y la anticipación en la venta de boletos con cautela. Lombardero, quien asumió su cargo en noviembre, se muestra optimista ante esta primera temporada, señalando el éxito rotundo de la presentación de Romeo y Julieta de Berlioz, que, aunque no era un estreno en México, marcó un hito al ser la primera vez que la Ópera de Bellas Artes la representó.
El director enfatiza que la creacción de audiencias no se limita a llenar salas, sino que hay una necesidad de programar obras que trasciendan las expectativas comerciales. “No se trata sólo de atraer multitudes, sino de satisfacer a públicos diversos y expandir el alcance de la ópera”, declara. Lombardero también hace eco del pensamiento del renombrado Gerard Mortier: a veces es esencial presentar obras que no atraen grandes multitudes, pero que son culturalmente relevantes para ciertos sectores del público.
La programación de propuestas más contemporáneas y arriesgadas, como Un re in ascolto, que se presentará en el Palacio de Bellas Artes a partir del 1º de julio, es una de las estrategias que se aplican para captar nuevas audiencias. Esta ópera, con música de Luciano Berio y texto de Italo Calvino, representará un estreno en Latinoamérica y buscará atraer a quienes están interesados en la música moderna.
“El público tradicional puede ser reticente a este tipo de propuestas, ya que a menudo busca obras más reconocidas como La Traviata o Carmen”, señala Lombardero, quien también busca atraer a quienes perciben la ópera como un arte anticuado. Esta nueva obra combina elementos innovadores que ofrecen una experiencia única para los espectadores.
Sin fórmulas
En cuanto al futuro de la programación, Lombardero argumenta que no existe una fórmula mágica que garantice el éxito. A pesar de sus exitosos antecedentes en importantes teatros de su país, reconoce que cada institución tiene su propio contexto y desafíos. El equilibrio entre tradición y experimentación es fundamental, así como la búsqueda de la excelencia artística, que debe dejar una impresión duradera en el público.
“Se deben implementar políticas agresivas de comunicación, que son un aspecto esencial para acercar la ópera a nuevos públicos”, comenta. Esto implica una necesidad de salir de los espacios tradicionales, como el Palacio de Bellas Artes, que a menudo pueden resultar excluyentes por razones accesibles.
“La meta es acercarnos a distintos sectores de la sociedad. Iniciativas como el Estudio de la Ópera de Bellas Artes buscan ser una compañía ambulante, presentando espectáculos que puedan viajar y atraer a audiencias que normalmente no podrían asistir a la ópera”, añade.
Las colaboraciones con la UNAM han sido clave para ofrecer piezas más accesibles y atractivas para toda la familia, proporcionando también oportunidades a jóvenes cantantes para ganar experiencia. De este modo, la estrategia busca no solo llenar las butacas, sino también cultivar un compromiso más profundo con el arte de la ópera en toda la comunidad.
▲ Escenas de Lady Macbeth durante su presentación en el Palacio de Bellas Artes.Foto cortesía CNO-Inbal
“Buscamos crear un enfoque diverso que abarque todos los gustos, desde quienes prefieren la ópera clásica a los que les interesa la modernidad”. Lombardero reafirma su compromiso de programar obras que no solo sean populares, sino que también desafíen y enriquezcan la experiencia cultural del público. Aunque todavía es temprano para ofrecer un balance definitivo, el director se siente optimista sobre el camino a seguir en la CNO.
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