Las estelas de piedra caliza, a menudo vistas como auténticas puertas hacia la comprensión de la rica cultura maya, sirven como un registro valioso de los conflictos, batallas y la percepción del mundo que tenían estas antiguas civilizaciones. En este contexto se presenta la notable exposición Estelas del Usumacinta, una investigación llevada a cabo por los expertos Sandra Rozental, Emilio Chapela y Eduardo Abaroa, cuya inauguración está programada para mañana en el Museo Amparo.
En una reciente conferencia, Abaroa explica que su intención es explorar "los rastros que van dejando las culturas y las comunidades, al igual que el agua deja meandros en su recorrido". La exhibición abarca desde la parte alta del río Usumacinta en Guatemala, hasta su desembocadura en el golfo de México, fluyendo simbólicamente a través de las salas del museo y reflejando la diversidad biológica, geográfica y cultural de esta cuenca, notablemente marcada por su historia colonial.
A través de una amalgama de esculturas, videos y textos, la exposición se presenta como una narrativa que invita a los visitantes a adentrarse en un recorrido de aprendizaje. En el vestíbulo del museo, se encuentra una pieza homónima que representa el Planchón de las Figuras, un afloramiento de piedra rupestre donde se pueden apreciar siluetas humanas, monos y reptiles. Estas imágenes se han replicado utilizando henequén, un material emblemático de la región maya.
Mientras tanto, Emilio Chapela destaca el interés de investigar el Usumacinta, considerado el único "río vivo" de México, y el papel importante que juega en la conservación del medio ambiente. Sin embargo, advierte sobre los desafíos que enfrenta, como la amenaza de la industria, plagas que afectan la biodiversidad local y los efectos del cambio climático en especies emblemáticas como el mono aullador y el manatí.
La antropóloga Sandra Rozental, parte del equipo curator, señala la relevancia de cuestionar cómo ha llegado la producción artística maya a los museos, considerando los procesos de extracción que han marcado su historia. Un ejemplo a mencionar es la estela conocida como La reina, que fue trasladada de su lugar original en Yaxchilán, solo para ser recuperada posteriormente por Gertrude Duby, una estudiosa local.
La exposición Estelas del Usumacinta también plantea cuestiones sobre la pertenencia de estos objetos culturales y busca reconciliar aquellos elementos que han sido separados o despojados, según lo señalado por Ramiro Martínez, director del museo. En un contexto actual de "batallas ecológicas y sociales", la muestra se presenta como una oportunidad para reflexionar sobre la relación que los humanos mantienen con el río y su entorno.
La exhibición permanecerá abierta hasta el 4 de enero de 2026 en el Museo Amparo, localizado en la 2 Sur 708, en el Centro Histórico de Puebla. Esta propuesta cultural busca generar un espacio de diálogo y reflexión en torno a la rica herencia maya y los retos que enfrenta su entorno natural en el presente.
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