Rodrigo Ímaz: Dificultades en mi obra social

En un ambiente cargado de creatividad y reflexión, Rodrigo Ímaz Alarcón presentó su libro-catálogo Aquí, que celebra dos décadas de su producción artística. Este evento tuvo lugar el 9 de diciembre de 2025, en la 39 Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara, específicamente en la galería Páramo. La ocasión fue enriquecida por la presencia del propio Ímaz, así como de destacados invitados como Juvenal Urzúa y Sol Vargas, acompañados de una breve exposición que mostraba parte de su obra.

El catálogo, elaborado por Sexto Piso Arte, no solo resalta imágenes cautivadoras, sino que también incluye textos de 15 expertos en el campo del arte. Entre los contribuyentes se encuentran nombres reconocidos como Aldo Sánchez Ramírez, Yunuén Sariego y Sylvia Navarrete, quienes analizan los aspectos más importantes de la trayectoria del artista, quien también es director de cine. Además, el periodista Roberto Gómez Junco ofrece su perspectiva sobre una de las instalaciones más notables de Ímaz, titulada Tiro libre.

Un aspecto destacado del catálogo es una entrevista brindada por la periodista Merry MacMasters en 2012, que ocupa un lugar central en el volumen. Durante esta charla, Ímaz subrayó que “el arte no es un medio para satisfacer los egos, sino para revolucionar las sociedades”. Su visión del arte como un reflejo de responsabilidad social es un hilo conductor a lo largo de su obra.

Durante la presentación, el artista comentó sobre la importancia del compromiso social en el arte. Manifestó que este debe ser inherente a la vida de un ciudadano consciente de su papel en la sociedad. “Si tú eres un ciudadano que se asume como parte de una sociedad… tienes que comprometerte de alguna manera”, afirmó. Esta reflexión invita a cuestionar el propósito del arte: ¿cómo pueden las formas artísticas influir y responsabilizarse ante su contexto? Para Ímaz, cada obra es una pregunta abierta que busca ampliar su impacto en la realidad.

El catálogo Aquí se considera una “decantación” de su trabajo, recogiendo fragmentos de una trayectoria rica pero dispersa. Ímaz describió su producción como “detritos de una trayectoria que dejó un rastro”, sugiriendo que no se puede encapsular todo su trabajo en un solo volumen. Sin embargo, el proyecto representa su deseo de dejar una memoria que pueda ser compartida, construida a partir de experiencias cotidianas y elementos comunes que logran resignificarse.

El cierre de su participación fue una potente reflexión: “Una memoria que sea un reflejo empático, donde uno vea en el otro lo que es propio”. Este enfoque no solo resume su intención artística, sino que también conecta a la audiencia con la narrativa de lo que somos y lo que nos une. Una clara invitación a apreciar el arte como un vehículo de conexión social y personal, que trasciende la mera estética.

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