Una vez finalizada la temporada de reportes trimestrales del primer trimestre de 2025 para las emisoras del mercado mexicano, es crucial analizar las métricas de rentabilidad que destacaron en este periodo. La atención suele centrarse en los márgenes sobre los ingresos, siendo estos el margen bruto, margen operativo, margen neto y, entre otros, el margen EBITDA, un indicador ampliamente utilizado en el análisis financiero.
Estos márgenes son fundamentales ya que reflejan la capacidad de las empresas para generar ingresos que superen sus costos y gastos. Sin embargo, entender completamente el rendimiento de una empresa requiere mirar más allá de estos márgenes y explorar otros indicadores de rentabilidad que conecten estos márgenes con el capital invertido en la compañía.
En este contexto, el Retorno sobre el Capital (ROE) y el Retorno sobre el Capital Invertido (ROIC) emergen como las métricas más relevantes. El ROE se calcula como la utilidad neta acumulada durante 12 meses, dividida por el capital contable promedio de los últimos 12 meses. Descomponer el ROE en margen neto, rotación de activos y la razón de Activos a Capital Contable proporciona una visión más clara de cómo la estructura de capital y el desempeño operativo afectan a esta rentabilidad: un mayor aumento en la utilidad neta incrementa el ROE, mientras que un capital contable más elevado reduce este indicador.
Durante el primer trimestre de 2025, las emisoras de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) reportaron un ROE del 11.5%, reflejando una disminución de 18 puntos base en comparación con el año anterior. En particular, las emisoras del índice S&P/BMV IPC alcanzaron un ROE de 12.1%, con un retroceso de 31 puntos base en el mismo lapso. Entre los sectores, los servicios de telecomunicaciones experimentaron la mayor caída, con un descenso de 751 puntos base, atribuible en gran medida a un retroceso en la utilidad neta acumulada de América Móvil (AMX).
Por su parte, el ROIC, que mide la utilidad de operación ajustada por impuestos (NOPLAT) en relación con el capital invertido promedio, también requiere atención. En este análisis, se optó por adaptar la metodología tradicional al excluir los impactos de las cargas fiscales y mediar con la utilidad de operación antes de intereses, impuestos, depreciación y amortización (EBITDA). Este enfoque facilita una comparación más efectiva entre empresas, aunque resulta esencial relacionar el ROIC con el Costo Promedio Ponderado del Capital (WACC) para una evaluación más precisa.
En cifras, en el primer trimestre de 2025, las emisoras de la BMV reportaron un ROIC del 21.2%, significando un aumento de 54 puntos base respecto al año anterior. Las emisoras del índice S&P/BMV IPC, por su parte, mostraron un ROIC de 24.7%, con un incremento de 100 puntos base en el mismo periodo. Las empresas del sector de materiales destacaron con los mayores avances, incrementando su ROIC en 480 puntos base, mientras que el sector salud registró un descenso de 410 puntos base.
Adicionalmente, tanto los márgenes EBITDA como las rotaciones de capital invertido reflejaron mejoras, alcanzando un 21.4% y 0.99x respectivamente para las emisoras de la BMV, y un 21.5% y 1.15x para las del índice, lo que contribuyó a los aumentos en los ROIC agregados.
Es fundamental recordar que, aunque los márgenes y las métricas de rentabilidad como el ROE y el ROIC son cruciales para evaluar la eficiencia de una empresa, su capacidad para crear valor a futuro debe ser igualmente considerada al determinar su potencial como oportunidad de inversión. La información presentada corresponde a la fecha original de publicación, el 5 de junio de 2025, y sería beneficioso tener en mente que el entorno financiero puede haber evolucionado desde entonces.
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