Un nuevo ferrocarril que conecta la península de Crimea con los territorios ocupados de Ucrania en el Mar de Azov está a punto de ser completado por Rusia. Según informes, esta nueva conexión dará a Rusia un mayor acceso a la península de Crimea, la cual fue anexada a través de un censo por Rusia en 2014, lo que ha generado tensiones internacionales y sanciones por parte de la comunidad internacional.
Tavrida-2 es el nombre de la nueva línea de tren, que contará con 500 kilómetros de longitud, según informó el miércoles Denis Chistikov, el segundo máximo representante ucraniano para los territorios ocupados de Crimea. Esta es la segunda red ferroviaria que conectaría la península, anexionada ilegalmente en 2014, con territorio ruso. La primera red cruza por el puente del estrecho de Kerch.
Con sus drones náuticos y misiles suministrados por aliados de la OTAN, Ucrania ha puesto en aprietos a la flota rusa del mar Negro estacionada en Crimea. Aún más, dos ataques en 2022 y 2023 contra el puente de Kerch han reducido significativamente su capacidad logística. “El puente de Crimea ha quedado con menos de un cuarto de su capacidad logística. El resto cruza en ferri, pero también hemos atacado sus puertos para ferris”, explicó el 17 de junio en una conferencia el portavoz de la Armada ucraniana, Dmitro Pletenchuk.
“Estoy seguro de que los rusos serán capaces de finalizar la vía ferroviaria antes de acabar el año”, afirmó Pletenchuk. “Por lo menos desde Rostov del Don al istmo de Dzhankói”. Este istmo es una de las lenguas de tierra que conecta Crimea con las zonas ocupadas en la provincia de Jersón. Tanto Pletenchuk como Chistikov han confirmado que todavía queda por construir el tramo final dentro de Crimea. Deep State, uno de los grupos ucranianos de referencia en el análisis de la situación en el frente de guerra, publicó un texto el 18 de junio en el que aseguraba que “en un futuro próximo” entrarán en servicio los primeros 60 kilómetros de la infraestructura, entre la ciudad rusa fronteriza de Taganrog y la ucraniana Mariupol, en la costa de la provincia de Donetsk.
Deep State añadió que las obras para la conexión de la ciudad de Donetsk con Mariupol, una variante de esta nueva red ferroviaria, están muy avanzadas en la mitad del recorrido, hasta el municipio de Volnovaja. Otras instituciones ucranianas de análisis de defensa, como el Centro para el Periodismo de Investigación, aseguran que en este junio ya se han hecho pruebas de convoyes entre esa última localidad y Mariupol.
Esta nueva infraestructura subraya la determinación de Rusia para mantener y mejorar sus conexiones logísticas con Crimea, a pesar de los desafíos presentados por la guerra y las operaciones militares ucranianas.
La línea de tren, que se espera que esté operativa en los próximos meses, conectará la ciudad de Kerch en Crimea con la ciudad de Taman en la región rusa de Krasnodar. Desde allí, el ferrocarril se extenderá a través de un puente que cruza el estrecho de Kerch y conectará con las regiones ocupadas de Ucrania en el Mar de Azov.
El proyecto ha sido criticado por la comunidad internacional, incluyendo a líderes de países como Estados Unidos, Reino Unido y Ucrania, quienes afirman que esta conexión es una violación del derecho internacional y que socava la integridad territorial de Ucrania. La Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) también ha expresado su preocupación, afirmando que esta nueva conexión podría aumentar aún más la tensión en la región.
El impacto económico de esta nueva conexión podría ser significativo, ya que aumentará la capacidad de transporte, lo que permitirá un flujo más eficiente de bienes y servicios hacia y desde la península de Crimea. Sin embargo, la comunidad internacional ha advertido que cualquier inversión en la región ocupada de Crimea sólo beneficiará a Rusia y a empresas afines al régimen de Putin.
En conclusión, la finalización del ferrocarril que conecta Crimea con los territorios ocupados de Ucrania en el Mar de Azov es un tema de gran importancia para la geopolítica internacional. A pesar de que Rusia ha llevado a cabo este proyecto con el objetivo de mejorar su acceso a la península de Crimea, la construcción de esta línea ha sido vista por muchos como una violación del derecho internacional y una amenaza para la integridad territorial de Ucrania.
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