Sebastián Córdova se despide de Tigres

El pasado sábado, el plantel de Tigres UANL emprendió viaje hacia Toluca, marcado por un emotivo adiós de su afición en el Estadio Universitario. Este evento fue significativo, ya que se trató del último entrenamiento de Sebastián Córdova como jugador del club. Aunque Córdova ha sido parte del equipo desde el Clausura 2022, su situación ha cambiado. Tras no ser considerado por el entrenador Guido Pizarro para la crucial Final de Vuelta que se disputará este domingo, su ausencia en el viaje se tornó en un tema de conversación.

La decisión de Pizarro no fue impulsiva; se centró en la percepción de que Córdova no había mostrado la actitud deseada durante la mayor parte del Apertura 2025. La estrategia del entrenador buscaba sacarlo de su zona de confort, algo que no logró en la recta final del torneo. A esto se añadió el hecho de que el contrato del jugador finaliza en diciembre y no se contempló su renovación. Tradicionalmente, todo el plantel viaja para la ceremonia de premiación, independientemente de lesiones o situaciones individuales; sin embargo, esta vez Córdova se quedó en Monterrey.

Durante su último entrenamiento, una despedida simbólica se llevó a cabo en la práctica a puerta abierta, donde los aficionados corearon el nombre de Córdova. En un ambiente lleno de emociones, más de 35,000 espectadores presentes le brindaron una cálida ovación, convirtiéndose en un momento memorable para el centrocampista.

No es casualidad que Córdova haya sido fundamental en el campeonato del Clausura 2023, donde se destacó al anotar seis goles en siete partidos de Liguilla, liderando al equipo hacia la gloria. Sin embargo, su futuro ahora es incierto. Como agente libre, tendrá que decidir si continúa su carrera en otro equipo dentro de la Liga MX o explora oportunidades en el extranjero. En este momento, aunque su contrato está próximo a expirar, el club no ha realizado una despedida oficial, y Córdova no ha firmado con ningún nuevo equipo.

Este capítulo de la historia de Tigres y de Sebastián Córdova nos recuerda la naturaleza efímera del fútbol, donde cada jugador es parte de un ciclo que puede cerrarse de manera repentina.

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