Elena Poniatowska, una de las voces más prominentes de la literatura en México, fue homenajeada el 10 de diciembre de 2025 en una sesión solemne en la Cámara de Senadores, donde se anunció la instauración de su nombre en la sala de comparecencias. La ceremonia, que reunió a familiares, colegas, y figuras del ámbito político, resaltó su trayectoria como periodista y escritora, confirmando su compromiso con la cultura mexicana.
La autora, al terminar el acto, se encontraba rodeada por un grupo entusiasta de comunicadores. A su estilo característico, Poniatowska tomó con humor la atención recibida, bromeando que prefería escribir en lugar de hablar al final de la sesión, lo que provocó risas y sonrisas entre los asistentes.
En sus palabras, la escritora reflexionó sobre la fundación que lleva su nombre, la cual considera una valiosa contribución a la cultura nacional. Mencionó que, en contraste con otros escritores mexicanos como Carlos Fuentes, cuyas obras han sido adquiridas por universidades en Estados Unidos, su legado permanece en México gracias a la decisión de su hijo, Felipe Haro. Advirtió, sin embargo, sobre los desafíos que enfrenta la fundación en términos de espacio para albergar su archivo, señalando que a menudo los acervos de escritores mexicanos terminan fuera del país dada la falta de recursos aquí.
La conversación se deslizó hacia el papel de la mujer en la sociedad mexicana, a lo que Poniatowska respondió con una aguda pero sencilla observación: “Tener buenos maridos”. Esta respuesta, que sorprendió a algunos, encapsuló su visión sobre la importancia de las relaciones personales en la lucha por el reconocimiento y la equidad.
En una emotiva intervención ante el pleno del Senado, la escritora expresó su agradecimiento por la distinción, evocando a figuras que han marcado su vida profesional, como los ferrocarrileros, a quienes visitaba en el penal de Lecumberri. Además, recordó con cariño a su esposo, el astrónomo Guillermo Haro, y destacó las contribuciones de sus padres durante la Segunda Guerra Mundial, reafirmando el valor de la defensa de la libertad.
Laura Itzel Castillo, presidenta del Senado, calificó el homenaje como un acto de justicia cultural, subrayando la relevancia de Poniatowska en la literatura y su contribución a la conciencia social. En su discurso, la escritora reafirmó su orgullo de trabajar en La Jornada, haciendo eco de su profunda conexión con el periodismo y su compromiso con las causas sociales.
Este homenaje no solo celebra la obra de Poniatowska, sino que también representa un reconocimiento a la riqueza de la cultura mexicana y a las luchas de aquellos que, como ella, han dedicado su vida a la justicia y la verdad. La historia de Elena Poniatowska sigue siendo un faro que inspira a futuras generaciones, marcando el camino hacia un México más consciente y solidario.
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