Sheinbaum afirma que EE. UU. sufre adicciones.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha centrado la atención en recientes declaraciones críticas hacia Estados Unidos, sugiriendo que no es un modelo a seguir para México. Durante un evento en Querétaro, donde presentó un centro educativo, abordó el tema de la drogadicción en el país vecino, argumentando que esta es una de las múltiples crisis de valores que enfrentan los estadounidenses. Según Sheinbaum, esto contrasta con la situación en México, donde supuestamente estos problemas son menos visibles.

En su discurso, la mandataria defendió la decisión de su Gobierno de eliminar el examen para la educación media superior, y argumentó a favor de una estrategia que acerque los centros educativos a los estudiantes. Propuso construir más preparatorias cercanas a los hogares, un enfoque que, según ella, busca disminuir el número de jóvenes que abandonan sus estudios debido a dificultades de acceso.

Sheinbaum también señaló que, a menudo, los jóvenes en Estados Unidos eligen continuar su educación en la prepa más cercana, una observación que realizó en el contexto de su crítica a las comparaciones que se hacen entre ambos sistemas educativos. Esta afirmación se inscribe en un cuadro más amplio de tensiones y colaboraciones entre México y Estados Unidos, especialmente en el ámbito de la seguridad y la lucha contra el narcotráfico.

La relación entre ambos países ha sido marcada por momentos de fricción, luego de que el Gobierno de Donald Trump presionara a México para que intensificara sus esfuerzos en la lucha contra los cárteles que envían drogas al territorio estadounidense. Trump ha incluso insinuado acciones militares dentro de México, una propuesta que Sheinbaum ha rechazado rotundamente, subrayando la soberanía de su país. Sin embargo, también ha habido reconocimientos mutuos; el secretario de Estado, Marco Rubio, destacó recientemente los esfuerzos de México en materia de seguridad.

En este crisol de relaciones, las declaraciones de Sheinbaum ponen de manifiesto la complejidad de la cooperación entre ambos países, así como los desafíos que se presentan en la lucha conjunta contra el crimen organizado. Con el telón de fondo de una política de seguridad en evolución, tanto México como Estados Unidos se enfrentan a un camino lleno de obstáculos, pero también de oportunidades para fortalecer sus lazos en el futuro.

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