Siria envía tropas tras choque entre beduinos y drusos.

Las tensiones en Siria han alcanzado un nuevo nivel crítico con el despliegue de soldados en el sur del país, tras violentos enfrentamientos entre tribus beduinas y combatientes drusos en la región de Sweida. Según informes de una organización no gubernamental, estos enfrentamientos han resultado en al menos 89 muertes.

Israel, que ha intervenido en conflictos recientes en Siria bajo el argumento de proteger a la comunidad drusa, llevó a cabo ataques contra varios tanques de las fuerzas gubernamentales sirias, que están aliadas con algunos de los beduinos. Los combates han continuado en las afueras de Sweida, donde los drusos, predominantes en la zona, controlan la situación.

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La violencia se intensificó después del secuestro de un vendedor de verduras druso por beduinos armados, quienes instalaron barricadas en la carretera que conecta Sweida con Damasco. Este incidente fue solo el inicio de una serie de represalias, que llevaron a más secuestros, elevando considerablemente la tensión en la región.

El gobierno interino, encabezado por Ahmad al Sharaa, enfrenta desafíos significativos. Esta administración asumió el poder tras la caída de Bashar al Asad en diciembre, luego de casi 14 años de guerra civil. La situación en Sweida pone de manifiesto la falta de estructuras estatales adecuadas, una de las razones citadas por el ministro del Interior, Anas Khatab, para la persistente inestabilidad en el área.

Las cifras de víctimas son alarmantes. De los 89 muertos reportados, destacan 50 drusos, incluidos 46 combatientes, además de varios civiles y miembros de las fuerzas de seguridad. El Ministerio de Defensa sirio informó de más de 30 muertes y un centenar de heridos en las hostilidades.

Mientras tanto, los líderes religiosos drusos han exigido una protección internacional inmediata para su comunidad, señalando su negativa a permitir la entrada de fuerzas gubernamentales en territorios que controlan. Esta solicitud resalta el clima de miedo que se vive en la zona, con habitantes describiendo calles desiertas y en parálisis debido a la violencia.

Las tensiones entre drusos y beduinos no son nuevas y forman parte de una rivalidad histórica. La reciente escalada de violencia se produce en un contexto donde otros incidentes previos ya habían dejado más de 100 muertos. Para mitigar esta situación, líderes locales y religiosos han propuesto la mejora de la integración de combatientes drusos en las estructuras de poder.

El conflicto en la región también resuena con las dinámicas geopolíticas más amplias, incluyendo la continua ocupación israelí de parte de los Altos del Golán y el impacto de esto sobre las comunidades drusas en Siria, Líbano e Israel. Se estima que alrededor de 152,000 drusos viven en esta área, de los cuales menos del 5% ha obtenido ciudadanía israelí.

A medida que la situación sigue evolucionando, la inestabilidad en Sweida se convierte en un símbolo de los retos a los que se enfrenta el nuevo gobierno sirio, particularmente al lidiar con las tensiones intercomunitarias en un contexto post-conflicto. La comunidad internacional sigue de cerca el desarrollo de estos eventos, con la esperanza de que se logre restablecer la paz y la orden en una región que ha padecido tanto sufrimiento.

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