La industria de dispositivos médicos en México enfrenta un momento crucial que podría definir su futuro. Recientemente, líderes del sector hicieron un llamado al gobierno para que se reconfigure la contratación pública relacionada con la salud, un área que ha mostrado un crecimiento acelerado en la última década. En este contexto, se estima que el comercio internacional de dispositivos médicos alcanza un valor de aproximadamente 254 mil millones de dólares, de los cuales la manufactura mexicana representa el 8.66%, es decir, alrededor de 22 mil millones de dólares hacia 2024, según Carlos Salazar, presidente de la Asociación Nacional de Proveedores de la Salud (ANAPS).
En los últimos diez años, México ha experimentado un crecimiento más dinámico que muchas naciones en el sector de dispositivos médicos, con un aumento de más del 9% en su tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) en exportaciones. Sin embargo, expertos advierten que es esencial brindar un tratamiento diferenciado a estos productos en comparación con la industria farmacéutica para optimizar su desempeño y medición en el mercado.
Salazar también subrayó que alrededor del 64% de lo que se fabrica y exporta desde México se destina a Estados Unidos. Esta dependencia ha disminuido en los últimos cinco años, pasando de más del 90% a una diversificación en las exportaciones hacia otros países, influenciada por conflictos geopolíticos y cambios en las posturas arancelarias.
Adicionalmente, se anticipa un cambio significativo en la logística de exportaciones. Empresas establecidas en México están comenzando a reestructurar sus cadenas de suministro para evitar tarifas arancelarias, lo que podría modificar la forma en que se gestionan los almacenes de productos terminados. Este dinamismo en el sector ha propiciado que, en 2024, se registre una inversión extranjera directa de 678 millones de dólares, con expectativas de superar los 500 millones anuales en la próxima década, impulsadas por una revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Contando con más de 9,400 empresas involucradas en la fabricación, importación y distribución de dispositivos médicos, y más de 230 fábricas operando en el país, la mayoría pertenece a pequeñas y medianas empresas. Actualmente, se registra en México una oferta de más de 10,000 productos en este sector, lo que lo coloca como un actor importante a nivel internacional.
En una reciente conferencia de prensa, los líderes del sector plantearon tres puntos clave para la reconfiguración de la contratación pública en el ámbito de la salud. Primero, la implementación de una nueva ley de adquisiciones después de 25 años sin cambios permitirá a los proveedores acercarse de manera más abierta a las instituciones, promoviendo una mayor transparencia. En segundo lugar, la inversión extranjera ahora incluirá criterios de tecnología e innovación, esenciales para el avance del sector. Por último, una política nacional de abasto garantizará una planificación operativa, técnica y financiera adecuada.
José Luis García Rodríguez, presidente de la Asociación Mexicana para la Distribución Institucional de la Salud (Asmedis), destacó que estos cambios tienen el potencial de revolucionar la forma en que se gestionan y abastecen los insumos médicos en el país.
El evento Medical Expo, que se llevará a cabo del 28 al 30 de octubre en el World Trade Center de la Ciudad de México, se presenta como una plataforma integral donde las principales empresas, tanto nacionales como transnacionales, exhibirán sus innovaciones y productos, mirando hacia un futuro lleno de posibilidades.
Este periodo puede ser considerado como un punto de inflexión para el sector de dispositivos médicos en México, y su evolución dependerá en gran medida de cómo se adapten las políticas públicas en un entorno cada vez más cambiante.
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