El primer ministro británico, Keir Starmer, ha llevado a cabo una notable reestructuración de su gabinete, nombrando un nuevo viceprimer ministro y a las cabezas de Asuntos Exteriores e Interior, en un esfuerzo por reafirmar su autoridad tras la inesperada dimisión de su vicepresidenta, Angela Rayner.
En este movimiento estratégico, Starmer ha designado al actual ministro de Asuntos Exteriores, David Lammy, como viceprimer ministro, mientras que la nueva ministra de Asuntos Exteriores ha sido nombrada Yvette Cooper, hasta ahora ministra del Interior. Esta última, a su vez, ha sido relevada por Shabana Mahmood, quien provenía de la Secretaría de Justicia. Todas estas figuras destacan por su lealtad y son vistas como cercanas al líder laborista.
La semana pasada, había habido un cambio en el equipo de Downing Street con el fin de robustecer el asesoramiento económico. Así, la reestructuración ministerial ha resultado ser mucho más amplia de lo anticipado, en medio de la presión generada por la salida de Rayner y la incertidumbre sobre las políticas fiscales del Gobierno.
Rayner, quien se vio forzada a dimitir tras un fallo del asesor independiente que determinó que había incumplido el código ministerial por no haber pagado los impuestos correspondientes, se convierte en la octava baja del gabinete de Starmer y la más impactante hasta la fecha. En su carta de renuncia, expresó su pesar y se disculpó con el primer ministro, admitiendo que no había buscado el asesoramiento fiscal adecuado.
Con la salida de Rayner, el partido Laborista enfrenta un vacío difícil de llenar, como indicó un legislador laborista que la describió como una “gran bestia”. Lo nuevo en el gabinete podría ser sólido, pero la falta de entusiasmo en la toma de decisiones es palpable.
La designación de Lammy como viceprimer ministro trae consigo la pérdida del prestigioso cargo de ministro de Asuntos Exteriores, y aunque Cooper ha sido un pilar en el laborismo, su trayectoria en cuestiones de inmigración ha sido objeto de críticas. Mahmood, por su parte, es considerada una política enérgica que ha mostrado la disposición a abordar temas difíciles en el sistema judicial.
La lealtad es un aspecto clave para Starmer, quien ha enfrentado el mayor número de dimisiones ministeriales a inicios de su mandato en casi cinco décadas. La falta de claridad en la dirección que el partido debería tomar es una preocupación compartida, como lo expresaba Chris Hopkins, director de investigación política de la compañía Savanta.
La situación continúa siendo dinámica y puede que la reestructuración ministerial no marque el fin de los desafíos que enfrenta el liderazgo de Starmer. Mientras tanto, la política británica sigue observando de cerca cómo se desarrollan estos cambios y qué rumbo tomarán las políticas en torno a temas críticos como la fiscalidad y la inmigración. La urgencia de encontrar un nuevo liderazgo y prever los pasos a seguir parece ser más relevante que nunca.
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