La producción de leche en el sureste de México se perfila como una prometedora estrategia para reducir la dependencia de importaciones. Este sector lácteo, que genera más de 19,400 millones de litros anuales, solamente satisface el 70% de la demanda nacional. Esto da como resultado un déficit significativo que obliga al país a importar 5,820 millones de litros anuales, con Estados Unidos como principal proveedor, según la Cámara Nacional de Industriales de la Leche (Canilec).
La región sureste, que abarca estados como Campeche, Tabasco y Yucatán, posee condiciones naturales favorables, como la disponibilidad de agua y tierras con gran potencial agrícola, aunque actualmente su contribución a la producción nacional es baja. Ricardo Villavicencio, presidente de Canilec, destacó esta situación durante la celebración del Día Mundial de la Leche.
Una de las apuestas más recientes del gobierno incluye una nueva planta pasteurizadora en Campeche, anunciada el 27 de abril por la presidenta Claudia Sheinbaum. Esta instalación, que tendrá una inversión de 140 millones de pesos y estará operativa en noviembre, tiene la capacidad para procesar 100,000 litros diarios, lo que busca establecer una base sólida para el desarrollo lechero en el sureste y fomentar la vinculación con pequeños productores locales, en línea con el Plan México.
Villavicencio confía en que el programa planteado, que prevé la adición de 1,500 millones de litros para 2030, será posible gracias a un trabajo coordinado entre el gobierno, productores e industria. Su optimismo se apoya en los avances visibles en apoyo a pequeños productores, inversión en infraestructura y mejoras tecnológicas que permitirán sustituir gradualmente las importaciones.
En este sentido, el 17 de mayo se anunció una inversión adicional de 1,100 millones de pesos para construir una planta de producción láctea en Rincón de Romos, Aguascalientes, que incluirá una pasteurizadora y una quesería. Este desarrollo refleja cómo empresas medianas están siguiendo el modelo de las grandes industrias para impulsar el crecimiento regional.
Cabe destacar que diez estados concentran casi el 90% de la producción nacional, siendo Jalisco el líder con una participación importante, seguido de Coahuila, Durango y Chihuahua, que en conjunto aportan el 54% del total. Sin embargo, también existen disparidades en la capacidad productiva. Por ejemplo, Chihuahua cuenta con la infraestructura necesaria para procesar 3,000 millones de litros anuales, pero solo produce 1,500 millones, lo que resalta la brecha entre potencial y producción real.
El principal desafío del sector radica en la desintegración de la cadena. Un 95% de los productores son pequeños, que operan en condiciones muy básicas que afectan la calidad y rentabilidad. La falta de acceso a financiamiento y tecnología los deja en desventaja respecto a la industria más establecida.
Los estados del norte, por su parte, también enfrentan dificultades debido a la sequía extrema que ha afectado la región durante los últimos cuatro años, con presas operando a solo un 18-20% de su capacidad. Asimismo, la sostenibilidad se presenta como un desafío prioritario que el sector debe abordar.
Este contexto, fechado el 26 de mayo de 2025, arroja luz sobre los esfuerzos en curso en la industria láctea de México y la importancia de fortalecer la producción nacional para garantizar la seguridad alimentaria en el país, resaltando un camino que, aunque lleno de retos, presenta oportunidades significativas para el futuro.
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