En la vida moderna, es común que las obligaciones diarias, como el trabajo, la escuela y las tareas del hogar, nos hagan olvidar pagos importantes, como los de luz, teléfono o productos de crédito. Esta distracción, aunque comprensible, puede resultar en una fuga de dinero debido a los intereses acumulados, comisiones por retrasos y otros costos inesperados relacionados con la falta de pago.
Afortunadamente, existen varias soluciones para evitar estos contratiempos financieros. Una estrategia sencilla es establecer recordatorios en dispositivos móviles, que alertan sobre las fechas de vencimiento de los pagos. Sin embargo, para quienes prefieren no preocuparse continuamente por estas obligaciones, la domiciliación de pagos puede ser la opción más atractiva. Este método permite que un banco o institución financiera efectúe automáticamente los cobros correspondientes a nuestros gastos cuando llega la fecha límite.
Datos recientes del Banco de México indican que el número de pagos domiciliados alcanzó los 50.87 millones a inicios de 2025, lo que representa un aumento notable del 57% en comparación con los niveles de marzo de 2020, justo antes de que se desatara la pandemia de Covid-19. Asimismo, el saldo involucrado en estas transacciones alcanzó los 231,251 millones de pesos, un incremento del 60% respecto a cinco años atrás.
Es fundamental asegurarse de contar con los fondos suficientes o una línea de crédito disponible para que el cobro se pueda realizar correctamente, evitando así fallos en los pagos que podrían generar cargos adicionales.
Para domiciliar un pago, se debe autorizar la operación mediante un documento físico o electrónico, en el cual se especifica el deseo de establecer un cargo recurrente. Se requieren algunos datos, como el nombre del proveedor del servicio, el número de contrato y la frecuencia de los cobros (semanal, mensual, etc.).
Entre las ventajas de optar por la domiciliación se encuentran la eliminación de la necesidad de realizar pagos en persona, asegurarse de que los servicios se paguen a tiempo, y la posibilidad de cancelar en cualquier momento. Además, muchas instituciones no cobran comisiones por este servicio, y algunas empresas incluso ofrecen descuentos a quienes eligen esta modalidad. Utilizar tarjetas de crédito para domiciliar pagos puede generar beneficios adicionales, como puntos de recompensa o la exención de la anualidad.
Si bien la domiciliación facilita el cumplimiento de las obligaciones financieras, también es esencial estar atentos a los cargos realizados. Existen casos en los que errores administrativos pueden llevar a cobros duplicados, como le ocurrió a una persona que tardó meses en aclarar un cargo erróneo en su cuenta. En tales situaciones, se dispone de 90 días desde el cobro para disputarlo y solicitar un reembolso.
Es recomendable revisar regularmente los movimientos de cuenta y asegurarse de contar con saldo suficiente para cada cargo. Además, es mejor contratar el servicio de domiciliación directamente con el proveedor de servicios y no a través de terceros para proteger la información personal y financiera.
Conocer y manejar adecuadamente tus pagos domiciliados puede ser la clave para una vida financiera más organizada y eficiente.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.