Desde El Paso, una de las más vibrantes ciudades en la línea entre México y Estados Unidos, puede verse al sur una enorme X que se levanta en la tierra de la vecina Ciudad Juárez. El 83% de la población de esta localidad de Texas habla español. La obra del escultor Sebastián, de más de 60 metros de altura, recuerda la herencia y el enorme peso que tiene la cultura hispana en la región, solo un punto en más de 3.000 kilómetros de frontera común. Es en esta ciudad donde el Instituto Cervantes, creado para promover la enseñanza y el uso del español, ha decidido abrir su primera extensión en el vasto Estado de la estrella solitaria.
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El Cervantes aterriza en Texas. Y lo hace en una ciudad que celebra la unión de dos culturas en un país que tiene 40 millones de hispanohablantes. Luis García Montero, el director del instituto, ha inaugurado hoy la extensión, que depende directamente del centro que el Cervantes opera en Albuquerque, Nuevo México, y que estará albergada de forma gratuita en la Universidad Southwest. “Enseñar un idioma es más que un vocabulario. Es enseñar también un conjunto de valores y el valor de una identidad”, cuenta el poeta en una entrevista por teléfono. “A nosotros nos interesa la identidad inclusiva, abierta y de respeto a la multiculturalidad”, ha añadido.
La extensión de El Paso ofrecerá clases para aprender el español, pero también para mejorarlo. Al ser un sitio con muchas personas que ya dominan la lengua ofrecerá también herramientas para expandir su dominio. Ofrecerá talleres de escritura y actividades como las que organiza el centro de Nuevo México. Entre estas destaca un programa llamado Pride and Heritage, orgullo y herencia. “Profundiza la cultura mixta y analiza la literatura chicana como forma de reflexionar sobre el uso del lenguaje y una forma de enfrentarse a la cultura”, explica Silvia Grijalba, la directora de Albuquerque que también supervisará la extensión en la localidad fronteriza.

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García Montero se ha convertido en el primer director que visita Albuquerque desde la creación del centro en 1999. El martes se reunió con la gobernadora demócrata de Nuevo México, la hispana Michelle Lujan, que ha decretado que el 22 de junio la ciudad será el día del Cervantes y del idioma español en la ciudad. Las autoridades de El Paso han hecho lo mismo para el 23 de junio, que se convertirá en una festividad más para honrar la hispanidad.
La llegada del Cervantes a Texas se da en un momento de un intenso debate cultural en Estados Unidos. Una discusión que ha dejado huella en una región conservadora que en las elecciones del año pasado avaló el trabajo de Donald Trump. El expresidente atacó durante los cuatro años de su Administración la diversidad y utilizó un lenguaje hostil contra los latinos, especialmente a los mexicanos. El discurso oficial permeó en la población. Ataques contra hablantes del castellano fueron filmados en varias partes. También se registraron matanzas racistas, una de ellas precisamente en El Paso. La salida de Trump de la Casa Blanca da una nueva oportunidad de construir una nueva relación con los hispano estadounidenses, que han convertido al país norteamericano en el segundo con más hablantes nativos después de México.