En una reciente reunión de diseño, Tory Burch, reconocida diseñadora y fundadora de su propia marca, expresó su incertidumbre mientras evaluaba un nuevo atuendo presentado por una modelo. La pieza, una chaqueta de satén con un corte atlético, atrajo tanto la atención como el cuestionamiento de su directora creativa asociada, Pookie Burch, quien sugirió que la textura era “demasiado de noche y maternal”, aunque luego defendió la singularidad del trenzado. El entorno creativo estaba claramente marcado por un enfoque colaborativo, donde las opiniones eran bienvenidas y el debate era parte del proceso.
Durante estas reuniones, Burch mostró un interés por el pasado, sugiriendo que su equipo estudie una chaqueta formal del siglo XIX por su riqueza en detalles. Este enfoque histórico es un rasgo distintivo de su proceso creativo, donde se valora tanto la exploración artística como la interacción dinámica entre sus colaboradores. La atmósfera es animada, con comentarios que fomentan un ambiente de apertura y evolución, como cuando Burch bromeó con la modelo sobre su look, comparándolo sin malicia con Oliver Twist.
A principios de semana, Tory Burch compartió reflexiones sobre su trayectoria en su oficina, situada en un complejo multifuncional que incluye un atelier y un showroom. Su relato comenzó con una mirada a su infancia, revelando una infancia rica en experiencias en Valley Forge, Pensilvania, donde su madre, Reva, era una anfitriona excepcional, influenciando la elegancia y la atención al detalle que más tarde se verían reflejadas en su carrera.
Con una formación académica en Historia del Arte de la Universidad de Pensilvania, Burch ha llevado su pasión por la estética al ámbito profesional. Su experiencia laboral inicial con el diseñador yugoslavo Zoran y luego en publicaciones como Harper’s Bazaar la prepararon para una carrera notable en la moda. Trabajó con renombrados diseñadores como Ralph Lauren y Vera Wang antes de establecer su propia marca.
En 1996, se casó con el empresario J. Christopher Burch, convirtiéndose no solo en socia profesional, sino también en figura materna para sus hijas. La familia se expandió con la llegada de sus propios tres hijos, lo que llevó a Burch a un periodo en el que la maternidad y la carrera debieron equilibrarse. Reflexiona sobre este tiempo con aprecio, aunque también reconoce los desafíos únicos que enfrentan las mujeres en su posición.
Ampliamente considerada como una figura influyente en el mundo de la moda, Burch ha cultivado una confianza contagiosa que inspira a quienes la rodean. Su historia, llena de hitos creativos y personales, se enmarca dentro de un contexto donde la innovación y el respeto por la tradición se entrelazan de manera efectiva, dando forma a su legado en la industria.
Hoy en día, Tory Burch continúa desafiando las convenciones, impulsando su marca hacia nuevos horizontes mientras reafirma su compromiso con el diseño y la filosofía empresarial que la ha llevado hasta el nivel donde se encuentra. Su enfoque en el balance entre vida personal y carrera refleja una realidad compartida por muchas mujeres en la actualidad, un tema cada vez más relevante en el diálogo contemporáneo sobre el trabajo y la maternidad.
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