Toyota, junto con Mazda y Subaru, está dando un giro inesperado en el mundo de la electrificación. La compañía japonesa ha decidido avanzar en su oferta de vehículos eléctricos al asegurar que se puede apostar por una electrificación sin hibridación y que esta sea cero emisiones. En este innovador enfoque, Toyota planea introducir una nueva generación de motores térmicos altamente eficientes, que no solo cargarán las baterías mientras el vehículo se desplaza, sino que lo harán de una manera que sugiere un cambio radical en las dinámicas de propulsión.
Este concepto, conocido como EREV (Extended Range Electric Vehicle), es una propuesta intrigante. Aquí, el motor de combustión interna juega un papel muy distinto al tradicional; en lugar de proporcionar la tracción directa, su función será exclusivamente la de generar energía para recargar la batería. De esta forma, los conductores podrán disfrutar de un vehículo propulsado por un motor eléctrico, con la tranquilidad de saber que, si es necesario, el motor térmico se activará solamente para habilitar la carga cuando la batería esté baja.
Una de las características que distingue a este nuevo enfoque es la eficiencia prometida. Toyota ha indicado que los motores de su próxima generación buscarán superar el 41% de eficiencia térmica, lo que implica un avance significativo sobre las tecnologías existentes. Esta estrategia tiene sentido, especialmente en mercados donde la infraestructura de carga para vehículos eléctricos aún no es robusta, ofrecido como una especie de solución intermedia en su transición hacia un futuro totalmente eléctrico.
A través del uso del sistema EREV, Toyota espera que el motor térmico funcione de manera óptima. Gracias a que no se le exige participar en la tracción del vehículo, este motor puede operar en un régimen más eficiente y menos contaminante. Con esto, la compañía tiene la intención de crear un motor diseñado específicamente para la generación de energía, dejando de lado las limitaciones tradicionales.
Además, el sistema EREV operará de manera escalonada, lo que significa que el motor de combustión solo se activará bajo ciertas circunstancias, como la descarga de la batería y la falta de una fuente de carga cercana. Esta característica puede ser especialmente atractiva para aquellos que realizan viajes largos, ya que elimina el miedo de quedarse sin energía lejos de un punto de carga.
Aún se están recopilando detalles concretos como la autonomía, el gasto de combustible y la eficiencia general del sistema implementado, pero Toyota ha confirmado que la primera implementación de esta tecnología verá la luz en China, donde se lanzarán versiones del SUV Highlander y del monovolumen Sienna equipadas con este innovador sistema.
En Occidente, los planes aún son inciertos, y aunque la apuesta por esta nueva categoría de vehículos parece sólida, los entusiastas de la marca deberán esperar un poco más para comprobar su viabilidad y efectividad en el mercado.
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