En la escena política de Bolivia, se ha desatado una contienda fascinante: el balotaje del 19 de octubre se perfila para ser una de las elecciones más significativas de la historia reciente del país. Los protagonistas de esta segunda vuelta son el senador de centroderecha Rodrigo Paz y el expresidente conservador Jorge Quiroga, quienes han demostrado ser los favoritos entre los votantes en la primera ronda electoral celebrada el 17 de agosto.
Con el conteo final del Tribunal Supremo Electoral en mano, Paz se alzó con el 32% de los votos válidos, mientras que Quiroga le sigue de cerca con un 26.7%. Esta situación es inusual en un contexto donde el izquierdista Movimiento al Socialismo (MAS) ha dominado la política electoral en Bolivia desde la elección de Evo Morales en 2006. De hecho, esta será la primera vez que se lleve a cabo un balotaje desde la implementación de este mecanismo en 2009, tras la imposibilidad de que algún candidato alcanzara más del 50% de los votos o una diferencia de 10 puntos sobre el segundo lugar.
En vistas a la segunda vuelta, tanto Paz como Quiroga han manifestado su intención de implementar cambios significativos al modelo económico actual, que ha estado marcado por políticas estatistas en la última década. Ambos candidatos proponen medidas drásticas, que incluyen recortes de subsidios y una mayor apertura a la libre importación, buscando así estimular la economía en un contexto de aguda crisis económica, donde la inflación interanual alcanzó casi el 25% en julio.
Los bolivianos, además, han mostrado descontento con la izquierda, que deja el poder tras 20 años de dominio, y la votación presenta una notable cantidad de votos nulos, cifras que fueron hasta el 19.8%, el número más alto registrado desde 2002. Este incremento en el voto nulo se produce en un clima donde el expresidente Morales, impedido por un fallo judicial de participar en la elección, ha promovido un boicot a través del apoyo al voto nulo desde su refugio en la región cocalera del Chapare.
El tercer lugar, con un 16% de apoyos, fue para el millonario Samuel Doria Medina, quien era considerado el favorito en muchos sondeos previos. También es relevante mencionar que Andrónico Rodríguez, el candidato más votado de la izquierda, finalizó en cuarto lugar con un 8.5%. Por su parte, el oficialista Eduardo del Castillo solo obtuvo un 3.1%, lo que subraya la complicada situación del actual partido en el poder.
Con esta configuración del panorama electoral, la expectativa para el balotaje se torna intensa, donde dos candidaturas en ascenso se enfrentarán ante un electorado que busca cambios reales en medio de un clima económico precario. La próxima semana, además, se dará a conocer la distribución de escaños parlamentarios, lo que podría recalibrar aún más el escenario político venidero. Un momento decisivo se aproxima para Bolivia, donde el cambio parece estar en el aire.
Gracias por leer Columna Digital, puedes seguirnos en Facebook, Twitter, Instagram o visitar nuestra página oficial. No olvides comentar sobre este articulo directamente en la parte inferior de esta página, tu comentario es muy importante para nuestra área de redacción y nuestros lectores.


