El gobierno del presidente Donald Trump implementará una política que restringe la posibilidad de que los migrantes que ingresaron a Estados Unidos sin visa soliciten libertad bajo fianza. Esto podría resultar en prolongadas detenciones de meses o incluso años para muchos de ellos, según un memorando interno reportado recientemente.
Esta nueva normativa afectará a migrantes que han llegado a lo largo de varias décadas, incluidos muchos latinoamericanos que han buscado refugio debido a la violencia, la pobreza o desastres naturales en sus países de origen. Anteriormente, los migrantes en situación irregular podían solicitar una audiencia de fianza ante un juez de inmigración. Sin embargo, esa opción se encuentra restringida, salvo en ciertas excepciones.
Un memorando emitido el 8 de julio de 2025 por Todd Lyons, director interino del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), establece que los migrantes deberán permanecer en detención durante todo el proceso de deportación. Esta decisión plantea un costo significativo, ya que el Congreso ha asignado 45,000 millones de dólares a ICE en un periodo de cuatro años, con el propósito de aumentar la capacidad de detención.
De acuerdo a lo estipulado por la Constitución estadounidense, la prisión preventiva no debe ser la primera opción. Todos los individuos tienen derecho a la presunción de inocencia, a menos que representen un peligro para la seguridad o exista un riesgo de fuga. Sin embargo, una parte de los republicanos ha estado abogando por la denegación automática de la libertad bajo fianza, considerándola una medida necesaria para disuadir la migración ilegal.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos, como la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), apoyan que los migrantes tengan la oportunidad de presentar pruebas y argumentos ante un juez de inmigración para obtener su liberación mientras se consideran los méritos de sus casos.
Donald Trump, quien hizo campaña prometiendo la deportación de millones de migrantes indocumentados, ha tomado medidas decisivas desde su regreso al poder en enero. Esto incluye el sellado de prácticamente toda la frontera con México y el despliegue de al menos 1,500 militares en la región, así como la implementación de una política migratoria estricta.
Un reciente sondeo de Gallup señala un cambio en la percepción pública sobre la inmigración. La proporción de estadounidenses que desean reducir la inmigración ha caído del 55% en 2024 al 30% actual, y un récord del 79% de los adultos ve la inmigración como algo positivo para el país, según datos recolectados del 2 al 26 de junio de 2025.
Esta situación, que refleja una tensión constante entre la política y los derechos humanos, continúa generando debate en la sociedad estadounidense. La información presentada proviene de un contexto complejo y veloz que se desarrolla ante los ojos del público, invitando a un análisis más profundo sobre las realidades de la migración y sus implicaciones en la vida de miles de personas.
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