El 27 de abril de 2025, a las 18:59, las tensiones entre Estados Unidos y Rusia continuaron en el centro de la atención internacional. En un discurso ante los medios, el presidente estadounidense, Donald Trump, hizo un llamado directo a su contraparte ruso, Vladimir Putin, instándolo a cesar los ataques en Ucrania. “Quiero que deje de disparar. (Quiero que) se siente y firme un acuerdo. Tenemos los límites de un acuerdo, creo, y quiero que lo firme, que termine con esto y que vuelva a su vida normal”, expresó Trump, subrayando la urgencia de una resolución pacífica.
Este mismo día, el mandatario amenazó con incrementar las sanciones económicas sobre Rusia, justificando su posición al afirmar que “demasiada gente está muriendo” en Ucrania. Expresó su creciente preocupación por la aparente intransigencia de Putin, al declarar que “no tenía ninguna razón para disparar misiles contra zonas civiles, ciudades y pueblos”. Sus palabras evocaron un fuerte sentido de urgencia, sugiriendo que quizás su homólogo “no quiere parar la guerra”, y considerando la implementación de nuevas sanciones, incluidas “sanciones secundarias”.
En un contexto bilateral, Trump tuvo una reunión de aproximadamente 15 minutos con el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, previo a un funeral en la basílica de San Pedro. Steven Cheung, director de comunicaciones de la Casa Blanca, calificó el encuentro como “una conversación muy productiva”, enfatizando la seriedad de la situación diplomática.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, también se pronunció en NBC News, indicando que un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania está más cerca, aunque todavía no se ha concretado. Rubio reflejó un balance de optimismo y cautela, afirmando que, si bien el acuerdo está “más cerca en general que en cualquier otro momento de los últimos tres años”, las dificultades persisten. “Si esta fuera una guerra fácil de terminar, alguien más la habría terminado hace mucho tiempo”, concluyó.
Así, la situación en Ucrania sigue siendo crítica en este contexto geopolítico, donde las palabras de los líderes globales podrían dictar el rumbo de la paz en la región. La comunidad internacional observa con atención los próximos pasos de ambos líderes y la evolución de una crisis que, hasta ahora, ha cobrado innumerables vidas y ha tensado las relaciones entre potencias nucleares.
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