En una reunión extraordinaria celebrada en la base de los Marines en Quantico, Virginia, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, incitó a los altos mandos militares a “vigilar al enemigo interior” y prometió que su administración pondrá un fin a lo que califica como “décadas de decadencia” en las Fuerzas Armadas.
El mandatario enfatizó la importancia del despliegue de la Guardia Nacional en diversas ciudades del país, un esfuerzo que él mismo describe como una “guerra desde el interior”. Más de 800 altos oficiales, convocados de diferentes continentes, fueron testigos de sus declaraciones.
Pete Hegseth, el secretario de Guerra, se unió a esta inusitada reunión con comentarios severos sobre las políticas implementadas por administraciones anteriores. Criticó abiertamente programas relacionados con diversidad y cambio climático, descalificándolos como “basura ideológica”. Hegseth fue aún más allá al cuestionar la condición física de ciertos altos mandos, quienes, en su opinión, no cumplen con los estándares adecuados de salud. “Aquellos que no respalden nuestra nueva agenda deben considerar abandonar sus puestos”, advirtió.
Bajo este nuevo enfoque, el ejército se propone recuperar valores tradicionales, modificando los criterios para el reclutamiento, el entrenamiento y las reglas de combate, en un esfuerzo por restaurar la disciplina y vigor en las tropas. Las directrices que se implementarán también incluirán un endurecimiento de los estándares de aptitud física, que variaban según la edad y la rama militar a la que pertenecieran los efectivos.
El presidente Trump ató su proyecto de rearme a la creciente preocupación por la situación interna en Estados Unidos. Indicó que las grandes ciudades bajo gobierno demócrata, como San Francisco, Chicago, Nueva York y Los Ángeles, han devuelto un panorama “peligroso” para sus habitantes. Afirmó que su administración se comprometerá a “poner orden” en cada una de estas zonas, respaldando la presencia de la Guardia Nacional en lugares como Los Ángeles, Washington y Portland, donde se han registrado disturbios. Estas fuerzas podrían ser utilizadas, según su visión, como campos de entrenamiento para los militares.
Trump concluyó su discurso con una reiteración de que están decididos a “resucitar el espíritu guerrero” de su ejército, marcando un punto de inflexión en la misión de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos.
Es importante señalar que esta información se basa en material publicado el 1 de octubre de 2025.
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