El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha anunciado su deseo de reabrir Alcatraz, la famosa isla prisión de California, que ha estado cerrada durante más de 60 años y que hoy en día es un popular destino turístico. En un mensaje publicado en su plataforma Truth Social, Trump describió la instalación como un lugar ideal para albergar a los “delincuentes más despiadados y violentos” del país, argumentando que debería convertirse en “un símbolo de la ley, el orden y la justicia”.
El exmandatario, aludiendo a un pasado donde se tomaban decisiones más drásticas respecto a la criminalidad, sustentó su propuesta en la idea de que, en tiempos anteriores, el encarcelamiento de criminales peligrosos no era cuestionado. Indicó que estaba instruyendo a varias agencias gubernamentales, incluida la Oficina de Prisiones y el Departamento de Justicia, a actuar en esta dirección.
Sin embargo, el plan ha encontrado una rápida y fuerte oposición. Críticos, incluyendo a la expresidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, han mostrado su escepticismo. Pelosi, cuya circunscripción abarca Alcatraz, destacó que la isla, ahora un parque nacional y atracción turística, se ha convertido en un lugar popular, lo que hace que la propuesta del presidente parezca poco realista.
Reabrir Alcatraz como prisión de alta seguridad implicaría enormes costos, tanto de construcción como de operación. La cárcel fue cerrada en 1963, en gran parte debido al deterioro de sus infraestructuras y los elevados gastos logísticos, lo que plantea serias dudas sobre la viabilidad de su reactivación.
Además, la prisión era conocida como “la Roca”, situándose en un entorno donde las intensas corrientes marinas y las frías aguas del Pacífico la convierten en un lugar casi ineludible. A lo largo de su historia, Alcatraz albergó a notorios criminales, como el gánster Al Capone y George “Ametralladora” Kelly, consolidando su reputación como un lugar de máxima seguridad.
En la actualidad, la isla es gestionada por el Servicio Nacional de Parques y se considera un Monumento Histórico Nacional. Un portavoz de la Oficina de Prisiones ha afirmado que la agencia “cumplirá todas las órdenes presidenciales”, lo que deja abierta la posibilidad de que los planes de Trump avancen, a pesar de las múltiples críticas.
La situación, marcada por la propuesta de Trump y la respuesta de diversos sectores, genera un intenso debate sobre el futuro de Alcatraz y lo que representa en el contexto de la justicia penal en Estados Unidos.
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