El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y el primer ministro británico, Keir Starmer, han dado un paso significativo en la relación comercial entre ambas naciones al anunciar la finalización de un acuerdo suscrito el mes anterior. Este acuerdo fue revelado durante una cumbre del Grupo de los Siete, celebrada en Canadá, donde Trump, enfatizando la calidad de la relación con Gran Bretaña, mostró un documento recién firmado.
Este acuerdo aplica cambios en los aranceles, particularmente en los sectores automotriz y aeroespacial. Aunque Starmer no se extendió en detalles, se sabe que incluye la reducción de tarifas en diferentes productos. Gran Bretaña fue pionera en llegar a este acuerdo, con Estados Unidos comprometido a reducir los gravámenes sobre las importaciones de acero y aluminio, mientras que Gran Bretaña se comprometió a reducir aranceles sobre productos como la carne de vacuno y el etanol.
En cuanto a los aranceles sobre acero y aluminio, los Estados Unidos han aceptado eliminar los gravámenes del 25% sobre las importaciones provenientes del Reino Unido, aunque esto viene acompañado de la condición de establecer cuotas específicas para estas importaciones. De este modo, Gran Bretaña ha logrado eludir los aranceles extremos que EEUU impuso recientemente a otros países. Sin embargo, se encuentra en una situación delicada, ya que, a menos que se llegue a un acuerdo definitivo, podría enfrentarse a aranceles altos a partir del próximo 9 de julio.
Este avance en la relación comercial refleja no solo el compromiso entre los dos países, sino que también marca un intento por estabilizar las dinámicas comerciales en medio de las complejidades globales actuales. La magnitud de este acuerdo y sus posibles repercusiones aún están por verse.
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