El reciente acuerdo entre Estados Unidos y Panamá trae consigo un desarrollo significativo en el ámbito de la migración en Centroamérica. Durante una visita de la secretaria estadounidense de Seguridad Interior, Kristi Noem, se extendió un pacto estratégico que tiene como objetivo financiar los vuelos de repatriación de migrantes. Este acuerdo se inscribe dentro de un contexto más amplio de controles migratorios, en el cual la administración de Donald Trump busca presentar un enfoque enérgico ante la llegada de personas de manera irregular.
El acuerdo original, firmado el 1 de julio de 2024, estipula que Estados Unidos aportará seis millones de dólares para cubrir los costos de repatriación de migrantes que ingresan ilegalmente al territorio panameño atravesando la difícil selva del Darién, que limita con Colombia. La extensión del convenio añade un compromiso adicional de 7 millones de dólares, destinados a patrocinar los vuelos de deportación gestionados por el gobierno panameño.
En palabras de Noem, este acuerdo envía un mensaje claro: quienes intenten ingresar de manera ilegal a Estados Unidos o a Panamá enfrentarán la captura, el arresto y la expulsión. De hecho, el costo de deportar a un extranjero desde Panamá se revela como la mitad del gasto requerido para realizar la misma operación desde Estados Unidos. Hasta la fecha, este pacto ha permitido la deportación de más de 2,300 migrantes en un total de 53 vuelos.
Noem enfatizó la importancia de este tipo de acuerdos, señalando que pueden servir como modelo para otros países. De acuerdo con la funcionaria, Estados Unidos está dispuesto a colaborar en la realización de expedientes similares que obliguen a las naciones a asumir la responsabilidad de recibir a sus ciudadanos deportados. Este enfoque se convierte en parte de una estrategia más amplia que ha llevado a que aquellos que anteriormente buscaban llegar a Estados Unidos opten ahora por regresar a Sudamérica.
La secretaria de Seguridad Interior observó de cerca la repatriación de 32 migrantes colombianos desde el aeropuerto de Albrook, en Ciudad de Panamá, en un evento que refleja la colaboración tangible entre ambos países en materia de seguridad y migración. Según el ministro panameño de Seguridad, Frank Ábrego, el acuerdo ha demostrado ser un instrumento eficaz de coordinación bilateral, mostrando a Estados Unidos como un socio estratégico esencial en estos asuntos.
Mientras las dinámicas de la migración cambian, el acuerdo ha conllevado que aquellos que no deseen regresar voluntariamente sean enviados a refugios en la provincia de Darién, dejando a unas decenas de migrantes en Panamá en búsqueda de un país que los acoja. La visita de Noem a Panamá fue solo una etapa de su gira por Centroamérica, donde tiene previsto visitar Costa Rica, Honduras y Guatemala, lo que indica una clara dirección de colaboración regional en el complejo tema de la migración.
Es relevante señalar que esta información corresponde a la fecha de publicación original, el 24 de junio de 2025. Por lo tanto, es importante considerar que pueden haber surgido actualizaciones o modificaciones en los aspectos relacionados con la migración y los acuerdos bilaterales desde entonces.
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