El avance en el tratamiento para la prevención del VIH marca un hito significativo en la lucha contra el SIDA. Este miércoles, Estados Unidos ha aprobado un innovador medicamento que podría transformar las estrategias de prevención del virus. Hasta ahora, las herramientas disponibles han requerido un compromiso diario en forma de pastillas, lo cual puede resultar un reto para muchos pacientes.
En 2021, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) dio luz verde a un primer tratamiento inyectable llamado Apretude, desarrollado por ViiV Healthcare. Sin embargo, el nuevo tratamiento, conocido como Yeztugo, fabricado por Gilead, cambia el paradigma al ofrecer una protección efectiva a través de dos inyecciones anuales. Esta terapia comenzará a estar disponible para adultos y adolescentes que pesen al menos 35 kilogramos.
Daniel O’Day, CEO de Gilead, ha calificado este acontecimiento como un "día histórico". El medicamento, que utiliza la molécula de lenacapavir, ha demostrado una eficacia notable, reduciendo el riesgo de transmisión del VIH en más del 99.9%. Este impacto lo sitúa casi al nivel de una vacuna.
Los resultados provienen de dos grandes ensayos clínicos. El primero involucró a más de 2,000 mujeres en África subsahariana, donde se logró eliminar completamente las nuevas infecciones. En el segundo ensayo, que incluyó a una población diversa, solo se reportaron dos infecciones, logrando así una tasa de prevención del 99.9%.
Sin embargo, los efectos secundarios, aunque son menores (como reacciones en el sitio de inyección, dolor de cabeza y náuseas), son factores a considerar en la decisión sobre el tratamiento.
El lenacapavir ha sido reconocido por publicaciones de renombre; la revista Science lo nombró "Avance del Año" en 2024, lo que subraya su potencial revolucionario. No obstante, los retos en términos de costo se presentan como una barrera considerable. Aunque Gilead no ha divulgado el precio específico, los analistas estiman un costo de lanzamiento en Estados Unidos que podría ascender a 25,000 dólares anuales.
Expertos como Andrew Hill, de la Universidad de Liverpool, han expresado su preocupación, sugiriendo que un precio superior a 20,000 dólares por año haría el tratamiento inalcanzable incluso para países de altos ingresos. Hill ha señalado que, si se produjera a gran escala, el costo podría reducirse a solo 25 dólares por persona al año.
En un esfuerzo por mejorar la accesibilidad, Gilead ha formado alianzas con seis compañías farmacéuticas para la producción de versiones genéricas en 120 países de ingresos bajos y medios. A la par, la compañía ha establecido un acuerdo con el Fondo Mundial para adquirir dosis destinadas a dos millones de personas. Sin embargo, las incertidumbres políticas, especialmente los recortes durante la administración de Donald Trump, generan dudas sobre la continuidad de estos acuerdos.
Con la llegada de Yeztugo y el potencial transformador del lenacapavir, la lucha contra el VIH se vislumbra con nuevas esperanzas, aunque la tarea de garantizar que estos tratamientos sean asequibles y accesibles para todos continúa siendo crucial.
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