La Unión Europea ha tomado la decisión de reducir las importaciones de trigo y azúcar de Ucrania hasta en un 80%. Este recorte se presenta como una respuesta a las preocupaciones de los agricultores europeos, quienes han estado demandando medidas ante la inundación de productos agrícolas provenientes del país en conflicto.
Desde el inicio de la guerra en Ucrania en 2022, la UE había mostrado su apoyo abriendo sus mercados agrícolas, dejando de lado aranceles y cuotas. No obstante, la presión entre los productores europeos ha llevado a Bruselas a reconsiderar su postura y restablecer ciertas limitaciones.
A pesar de las dificultades impuestas por el conflicto, Ucrania ha sorprendido observadores y expertos al continuar exportando grandes volúmenes de granos a través del Mar Negro. Sin embargo, la perspectiva de que la guerra concluya pronto sigue siendo incierta, y el respaldo internacional hacia Ucrania parece estar mermando.
Las nuevas cuotas anunciadas ahora permiten una importación de 1.3 millones de toneladas métricas de trigo al año, lo que se traduce en un incremento del 30% respecto a los niveles previos a la guerra, que se situaban en 1 millón de toneladas. Sin embargo, este aumento queda muy por debajo de los volúmenes importados en los últimos tres años, cuando las cifras alcanzaron niveles de hasta 6.5 millones de toneladas en la campaña de 2023/24.
De esta manera, las importaciones de trigo de Ucrania se han visto reducidas en un 70-80% en comparación con las campañas previas, donde la UE importó alrededor de 4.5 millones de toneladas de trigo ucraniano hasta el 30 de junio de 2024.
Esta medida, aunque busca equilibrar las necesidades de los productores agrícolas europeos y las demandas de apoyo hacia Ucrania, podría redirigir las exportaciones ucranianas hacia otros mercados, especialmente en Asia y África, donde se espera que los cultivadores ucranianos encuentren nuevas oportunidades para colocar sus productos agrícolas.
La situación en torno a las importaciones ucranianas propone un desafío complejo para la UE, que se debate entre la solidaridad con un país en guerra y el bienestar de sus propios agricultores.
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