Cuatro valientes voluntarios han pasado un notable año sumidos en una experiencia única: 378 días aislados en una base que simula las condiciones de vida en Marte, ubicada en un innovador hábitat impreso en 3D. Este ambicioso proyecto, llamado CHAPEA, tiene como objetivo preparar a los futuros astronautas para las misiones tripuladas al planeta rojo.
La Misión CHAPEA se llevó a cabo en un entorno específico llamado Mars Dune Alpha, un espacio de 157 metros cuadrados ubicado en Houston, Texas. Los participantes—Anca Selariu, Nathan Jones, Ross Brockwell y Kelly Haston—formaron parte de este experimento que busca arrojar luz sobre la dinámica y el bienestar de los astronautas en condiciones extremas.
Antes de entrar en el aislamiento, los voluntarios discutieron cómo pasar su tiempo libre, y una idea destacada fue la inclusión de una extensa biblioteca de juegos de PS4. Kelly Haston, comandante de la misión, subrayó la selección de títulos centrados en la construcción de mundos, un paralelo bastante simbólico con su realidad. Mediante este tipo de videojuegos, no solo se ofrecieron oportunidades de entretenimiento, sino también un medio para fomentar la cohesión del equipo durante momentos de celebración y esparcimiento.
Durante su tiempo en la instalación, los voluntarios no se limitaron a jugar. Cultivaron lechugas y tomates para complementar sus comidas deshidratadas, realizaron simulacros de exploración en un terreno que recreaba la superficie marciana y también monitorizaron el funcionamiento de todos los sistemas de su hábitat. Anca Selariu, microbióloga de la Marina estadounidense, describió la experiencia como “absolutamente estimulante”, resaltando la importancia psicológica de ver crecer plantas en un entorno artificial.
Los hallazgos de este primer experimento resultarán fundamentales para diseñar futuras bases en Marte. CHAPEA no se detiene aquí; está previsto que se realicen dos misiones adicionales: la próxima comenzará este mismo año y la tercera en 2027. Los datos obtenidos serán esenciales para establecer las mejores prácticas en la vida en un futuro asentamiento marciano, que la NASA planea realizar para la década de 2030.
Con este tipo de innovaciones, la NASA se esfuerza por asegurar que los futuros astronautas puedan no solo sobrevivir, sino también prosperar en el desafío de colonizar un nuevo mundo. Las lecciones aprendidas en este periodo de aislamiento podrían ser clave para el éxito de las misiones que definirán la próxima era de la exploración espacial.
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